Edward Hopper pintó este cuadro en 1942. Se puede adivinar por el aspecto del bar y de la calle la época que representa, el momento del día…
Es de noche y hace calor. Nadie camina por la calle y los coches no circulan, debe ser bastante tarde. Un bar está abierto y a través de su gran cristalera nos permite observar a cuatro personas: un camarero y tres clientes. El ambiente no está muy animado.
De frente vemos a una mujer y un hombre cerca uno del otro. ¿Son pareja?, ¿están intentando ligar?, ¿son conocidos del bar? Lo que está claro es que mantienen una actitud distante. Ella está abstraída, sostiene un objeto en su mano y sus ojos están fijos en él. El hombre mira sin ningún interés hacia el otro lado. El tercer cliente resulta misterioso, es un varón, se mantiene apartado al otro extremo de la barra. Sostiene un vaso mientras nos da la espalda. Es el silencio personificado.
Mientras, el camarero friega y levanta la cabeza mecánicamente por si le piden alguna cosa. De los cuatro es el que nos deja más claro qué es lo que está haciendo allí: trabaja. Ninguno de ellos presenta la menor curiosidad por los demás, ¿qué hacen allí?