2014 – mayo 13: Carles Feixa

¡Hola a tod@s!

Empezamos en unos 15 minutos. Disculpad la espera.

Recordad que nos podéis enviar vuestras preguntas a partir de ahora y las iremos lanzando poco a poco durante la charla para que Carles tenga tiempo de responderos.

Buenas tardes a todos, ya tenemos aquí a Carles Feixa

Buenas tardes a todos y todas! Ante todo disculpen el retraso. Si tengo algo de sabio también lo tengo de despistado y me he confundido de hora. Pero ya estoy online y paso a responder las preguntas que me han planteado.

Empezamos con alguna pregunta que nos han enviado previamente

Carles, aquí va una pregunta de Nieves Casado:
“Estimado Sr. Carles Feixa, En primer lugar, me gustaría felicitarle por la entrevista previa y por sus reconocimientos y logros alcanzados en las universidades. En segundo lugar, quisiera agradecerle su divulgación en esta página de los temas de educación. Yo soy una chica que comenzó ciencias económicas en 2005 en la universidad pero no termine la carrera. He finalizado F.P.G.S. en administración y finanzas en 2011, en Madrid. También trabajo como cuidadora de niños y les enseño también, especialmente de 6 a 10 años. Me gustaría saber cómo puedo contribuir a la formación en valores de los niños y cómo puedo conseguir que ese aprendizaje sea interesante y divertido para todos y todas. A la espera de sus noticias, reciba un cordial saludo y mis agradecimientos de antemano. Nieves Casado.”

Ante todo Nieves espero que acabes tu carrera algún día, no importa cuando. Yo también te felicito por tu trabajo con los niños. Creo que lo primero que se tiene que tener en cuenta al trabajar con niños de hoy, es decir con niños de la era digital es que no puede hacerse tábula rasa con sus valores, como si no tuvieran valores y tuviéramos que transmitírselos los adultos.

Los valores no se construyen sólo desde la teoría sino sobre todo desde la práctica. Los niños asumen valores a partir de sus experiencias concretas, sobre todo por imitación de cómo actúan los adultos. Por eso los valores se transmiten, sobre todo con el ejemplo más que con sermones.

Lo que yo te recomendaría primero es estar muy atenta a las conversaciones expontáneas entre ellos y ellas e ir introduciendo tus valores a partir de los suyos, es decir, que no les suene como una imposición sino como un acompañamiento.

Es importante también que tu puedas aprender de lo que emerge de su mundo. Yo creo que los adultos, es decir, los padres, profesores y cuidadores tenemos mucho que aprender del mundo de los niños y los adolescentes. Si primero escuchamos y observamos después podremos aportar.

Hola Olegario. De entrada en Cataluña también hace sol aunque esta mañana también estaba nublado.

El primer consejo que haría es que en los próximos 10 años no se haga una nueva ley de educación. Los cambios educativos que cuentan no se hacen con leyes sino con cambios en la cultura escolar. Además, creo que el cambio fundamental no es tecnológico sino pedagógico.

No se trata de introducir masivamente ordenadores en las aulas sino de cambiar las maneras de interactuar entre profesores y alumnos.

Los profesores deben perder el miedo a sus alumnos y los alumnos deben ver a los profesores como unos acompañantes de su proceso de aprendizaje.

Por ejemplo, una cosa práctica que yo cambiaría es la arquitectura escolar. Tanto los edificios como la disposición de las aulas responden a un sistema escolar decimonónico. Podría plantearse un concurso entre estudiantes de arquitectura para diseñar nuevos centros educativos que respondan a la niñez y la adolescencia de la era digital.

Otro cambio que yo haría sería en el currículum escolar. En lugar de introducir cada vez más y más asignaturas y contenidos reduciría la carga docente e introduciría espacios transversales simplemente para hablar. Espacios donde profesores y alumnos pudieran intercambiar su visión de la vida y del mundo. En estos espacios los medios audiovisuales podrían tener un gran papel. Por ejemplo, enseñar a navegar por Internet.

Una pregunta que nos remite Luis Contreras:
“Esa situación actual de la escuela, suministradora de menor cantidad de información o contenidos a los adolescentes, ¿significa que ejerce peor su labor igualitaria, es decir, el hecho de que los adolescentes aprendan más fuera, conlleva una mayor desigualdad en el acceso a ese conocimiento y, por ello, una mayor potencial desigualdad de oportunidades y social en general, tanto presente como futura?”

Hola Luís. Yo creo que la desigualdad de oportunidades escolares no depende tanto del currículum sino de aspectos extraescolares como el capital económico y cultural de las familias, el acceso a las nuevas tecnologías o el aprendizaje de idiomas que por desgracia no se hace en la escuela sino fuera de ella.

Por ejemplo, en el futuro saber inglés o informática será tan importante como en el pasado era saber leer o escribir. Por tanto, la igualdad de oportunidades dependerá de que al final del período escolar obligatorio todos los alumnos tengan un nivel básico de inglés.

Creo que para conseguir ese objetivo se está siguiendo un camino equivocado. El currículum escolar persigue enseñar inglés a base de un sistema tradicional de gramática, etc.

En cambio los jóvenes de hoy si aprenden inglés lo hacen a través de la música, del cine y de Internet. Y en todo caso, a posteriori buscan en la escuela mejorar su gramática y ortografía.

Creo que se aprende mucho mejor idiomas divirtiéndose.

La cultura juvenil, por ejemplo los estilos musicales, pueden ser un magnífico instrumento para aprender inglés.

También las televisiones públicas deberían dejar de doblar y poner subtítulos. Pero como en internet no hay doblaje los alumnos aprenden inglés mucho más que en las aulas.

Por supuesto no abogo por una reducción del nivel educativo, de los conocimientos a transmitir. Eso sí que podría generar desigualdades. Lo que defiendo es que para los niños y jóvenes de la era digital acceder a esos conocimientos debe hacerse por otras vías. Los docentes no deben dar peces sino cañas de pescar.

Gracias Carles!

Hola Fernando. Si me das permiso te copiaré la idea (sin pagarte por copyleft).

Tienes razón en que hoy la sucesión de generaciones va muy rápido. Si Ortega y Gasset decía que las generaciones duraban 15 años, hoy puede ser que no pasen del año. Pero no confundamos generaciones con etiquetas generacionales.

Además, si nos inventamos la generación F5 sería la última generación de la historia. Pues siempre estaría actualizada (es broma, eh?) 😉

Arancha Rueda nos comenta: “Al inicio de la charla, habla usted de la pasada “generación arroba” para definir a la primera generación digital, y de la vigente “generación hashtag” para referirse a los jóvenes que entran en la adolescencia en la segunda década del siglo XXI. ¿Qué tendencia social augura que vendrá después y cuáles cree que serán sus características?”

Hola Arancha. La respuesta te la ha dado Fernando. F5 podría ser una buena etiqueta siempre y cuando no la consideráramos la última generación de la historia sino, más bien una generación bisagra.

Sería una generación bisagra entre la era digital y la era post-digital.

Sobre las características de esta generación deberíamos observar el comportamiento de los niños de hoy, es decir, de los que tienen entre 5 y 10 años. Ellos serán los que cuando entren en la juventud, a finales de la presente década, inventarán una nueva cultura juvenil plenamente digital, y cuando sea adultos reformarán el sistema educativo y también el sistema laboral para ajustarlo a la sociedad del conocimiento.

Gracias por tus respuestas Carles

Hola Eduardo. De entrada lo del repunte de la violencia debería matizarse. Uno no debe creerse al pie de la letra lo que dicen los medios. Si queremos enseñar a nuestros alumnos a ser críticos también debemos ser nosotros los adultos.

Es cierto que en los últimos años ha habido algunos conflictos en el interior de las llamadas “bandas latinas”. Eso puede tener en parte relación con la crisis y sus efectos entre la juventud migrante (paro, fracaso escolar, etc.). Pero creo que también tiene mucho que ver con el recorte de muchos programas sociales destinados a los jóvenes de/en la calle.

Otro elemento a considerar es el endurecimiento de las políticas policiales frente a estos grupos. Siempre he dicho que en la educación y en las bandas la mano dura como único recurso no funciona. No soy partidario ni de la tolerancia cero ni de la tolerancia diez. Abogo por la tolerancia tres, que es la que usamos la mayoría de los padres y madres, es decir, contar hasta tres antes de reaccionar.

Podría contarte muchas cosas más sobre las pandillas con cuyos miembros estoy en contacto cotidianamente. Si las bandas existen es porque la escuela y la familia no cumplen su función para muchos jóvenes.

Es cierto que las bandas tienen cosas negativas pero a veces también actúan como escuelas y familias de la vida.

Por último, recomendaría a los poderes públicos invertir mucho más en programas educativos compensatorios para los jóvenes que fracasan en el sistema escolar, en lugar de aumentar el presupuesto de policia y cárceles.

Muy ligada a la pregunta de María, tenemos otra de Pedro: “Soy profesor de 4º de la ESO y no me importa reconocer que mis alumnos saben más sobre nuevas tecnologías que yo. Si esta “brecha digital” ya nos influye dentro del aula, ¿qué efectos podrá tener en las relaciones familiares?”

Hola María y Pedro. Os respondo a ambos porque vuestras preguntas están relacionadas. Creo que lo primero es aconsejar a padres y educadores un cambio de actitud. Deben ser consciente, de que sin duda tienen cosas que enseñar pero también tienen muchas cosas que aprender de sus alumnos y alumnas, y de sus hijos e hijas.

Yo creo que la educación hoy debe durar toda la vida.

Las experiencias de escuelas de padres están funcionando bastante bien cuando se plantean a partir de una necesidad de los propios padres y madres, y son más un grupo de autoayuda para compartir experiencias. Lo mismo podría decirse de la formación de formadores. Lo que uno aprende en la universidad ya no le sirve para el resto de su carrera.

Pero sobre todo la clave es conseguir que los chicos y chicas se sientan protagonistas del proceso educativo, es decir, que tengan un rol no sólo pasivo sino a veces también activo. Nunca explicarán todo a sus padres y madres pero si estos son receptivos seguro que descubren muchas cosas que ignoraban sobre nuestra sociedad y la vida. Yo experimento esto a diario con mis hijos de 18 y 12 años.

Hola María José. He tardado en responderte porque tu pregunta es complicada. Demuestra que quien la hace ha experimentado lo que plantea y no sólo es algo teórico. No yo mismo lo tengo claro.

Yo creo que nunca podremos conocer toda la porción de vida de nuestros jóvenes en la red. Siempre habrá un ámbito privado, semiprivado que ellos consideren su refugio.

Tampoco se trata de legitimar el dualismo, la brecha digital que comparto contigo. Lo que puede intentarse es construir un espacio común, de intersección, entre el “círculo” juvenil y los círculos adultos, un espacio de comunicación intergeneracional, también online.

Históricamente ha habido diferentes espacios semejantes: la conversación en la mesa familiar, los cuentos al lado del fuego, la fiesta tradicional, el deporte, etc. Hoy la mayoría de estos espacios han ido desapareciendo. Hemos construido una sociedad segregada por edades. Es imprescindible que encontremos puntos de contacto. En el espacio público el movimiento 15M de hace tres años fue un intento de ello aunque algo fugaz. En el ciberespacio estos espacios están por construir.

La clave para crear estos espacios sería encontrar intereses comunes. La clave para una buena comunicación es la motivación. Cuando tanto profesores como alumnos están muy motivados por algo el éxito está asegurado. El problema es que el currículum actual constriñe mucho la búsqueda de espacios de motivación.

Pero seguro que docentes como tú tenéis experiencias positivas que podéis compartir.

Por último, con el movimento de renovación pedagógica de mi ciudad (Lleida) tenemos un proyecto algo revolucionario que os comparto. Se llama “Círculo de la vida escolar”. Consistiría en compartir el espacio educativo entre profesores, padres y alumnos de todos los niveles educativos de la primaria a la universidad, y durante un mes que todos fuéramos cambiando de ciclo, trabajando un mismo tema, por ejemplo la immigración o la música. Poniendo al final, en común, lo aprendido.

La experiencia serviría para no culpar al nivel inferior de los problemas que arrastramos en el sistema educativo y también para entender a la generación que está llegando.

Seguro que todos tenemos cosas a enseñar y aprender en este intercambio.

Gracias Carles!

Vamos con la última pregunta

Hola Mari C. En parte he respondido antes a otra persona que la clave del fracaso educativo no está en los contenidos sino en la motivación.

Pero no se trata de que la escuela compita con la red. Si fuera así tendría la batalla perdida, puesto que siempre habrá mucha más información en la red que en un libro de texto o que en la mente de un profesor.

La escuela del futuro no deberá enseñar sólo contenidos sino que deberá enseñar a buscarlos, a seleccionarlos, a interpretarlos y a criticarlos.

Y también deberá facilitar la creatividad para aportar contenidos cuando no existan o estén desfasados.

Como decía Gaudí “la innovación proviene de la tradición”. La escuela debe enseñar la tradición, es decir, la síntesis de la historia cultural y científica del pasado. Pero debe hacerlo desde la innovación, es decir, desde la utopía que entre todos vamos proyectando sobre el futuro.

Decía mi padre, que era maestro, que la educación de un niño empiez 20 años antes de nacer, con la educación de sus padres. Por tanto, hoy el cambio en el sistema educativo quizá no influya en los niños de hoy sino en sus propios hijos. Si creamos una alérgia hacia la educación no serán capaces de transmitir a sus hijos el placer de aprender. En cambio si les motivamos y les hacemos ver que aprender es algo apasionante, tenemos el futuro asegurado.

Muchas gracias Carles!

Y hasta aquí la charla. Lamentamos no poder publicar todas vuestras preguntas

Me despido de todos y de todas. Muchas gracias. Lamento que no tengamos más tiempo.

Nos vemos en la próxima charla. ¡Saludos!