2013 – junio 27: Carmen Loureiro

Buenas tardes a todos, en unos minutos comenzaremos la charla con Carmen

Bienvenidos a todos. Comenzamos la charla digital con Carmen Loureiro.

Buenas tardes a todos. Es un gran placer para mí poder compartir conocimientos, inquietudes e ideas sobre este tema fascinante que nos une.

Empezamos con una pregunta que nos ha llegado estos días.
María pregunta: Buenas tardes Carmen, soy psicóloga y me gustaría formarme en Inteligencia Emocional, sobre todo para trabajar con niños y adolescentes; la oferta es muy amplia, ¿podrías aconsejarme?. Muchas gracias

Hola María! Mi consejo es que cuando hayas seleccionado los programas que más confianza te den, consideres algunas cuestiones como por ejemplo:
-Que incluyan formación suficiente en psicología evolutiva o del desarrollo, así como formación en teoría del apego;
-que te permitan hacer prácticas directas con niños y adolescentes;
-que incluyan entrenamiento de habilidades emocionales y sociales para ti.
Gracias por tu confianza.
Un cordial saludo
Carmen

Seguimos con la siguiente.

He encontrado una gran variación entre los profesores, quizá la vocación educativa favorezca una “selección natural” de personas competentes a este nivel. Pero la educación requiere no solo de la competencia adquirida sino del aprendizaje de habilidades específicas para desarrollar la IES en personas que están en desarrollo. Así que sí, me parece necesaria la formación previa.

Y ahora una pregunta de Soledad.
Numerosos expertos afirman que en los primeros años de vida es cuando se establecen las conexiones neuronales importantes y se forma la personalidad del niño, y que el educadora infantil y en general el docente, es uno de los modelos a imitar por los niños, ¿cree usted que se hace imprescindible que el desarrollo de la inteligencia emocional del docente forme parte de su formación?

¿cómo va a enseñar un docente de forma sana y equilibrada si en su actuación no se contemplan qué y cómo se sienten los niños en su proceso de aprendizaje?

Hola Soledad, respecto a tu primera pregunta: me parece imprescindible, sí, la formación en competencias emocionales y sociales en los docentes y, enlazando con la segunda, ya no sólo por lo saludable (en el sentido más amplio del término) sino porque es la vía apropiada para asegurar la autonomía y motivación por aprender de los alumnos. Un educador competente emocional y socialmente es modelo y, a la vez, asegura la flexibilidad del sistema de enseñanza, considera al niño y al grupo en su individualidad y fomenta la exploración de la realidad desde la seguridad y la motivación… Pero debemos añadir (ya que se suele olvidar) que esas competencias también benefician a nivel físico, intelectual y emocional, al docente: protegiéndole del estrés, manteniendo la motivación en su desempeño, ayudándole a crecer con sus alumnos y disponiendo de herramientas para mediar en los conflictos o apostar por la cooperación con los alumnos ¡y con el resto de sus compañeros en la escuela! Pocas veces se habla de la “inteligencia emocional de los grupos” y por ende, de la de la escuelas.
Gracias Soledad.

Angel Ocaña también quiere formular una pregunta:
Buenas tardes: En primer lugar, quisiera mandar un saludo a toda la Comunidad de Acción Magistral, y dar también las gracias a Carmen Loureiro por compartir con nosotros su tiempo y conocimientos sobre este tema tan interesante. Una vez visionado el vídeo, me surgen varias preguntas: La primera, se relaciona con la inminente necesidad de formación del profesorado en el terreno de la Inteligencia Emocional. ¿Cuál sería la mejor estrategia de formación para docentes en relación a este tema? La lectura de diversos artículos sobre este asunto, sin duda, ayudaría a comprender mejor los conceptos y términos teóricos de la cuestión. “Provocar” respuestas en los alumnos a través de actividades diseñadas para tal fin, como el diario emocional o el teatro interactivo, parecen factibles en su práctica si se presta un poco de atención en su realización.

Pero llegados a este punto… ¿Cómo afrontar la diversidad de respuestas que puedes encontrar entre los numerosos alumnos? No todos responden de la misma manera ante un mismo estímulo. Y, ¿Cómo saber que estás encauzando bien ese trabajo? Parece evidente que es mucho más complejo evaluar la capacidad para reconocer y gestionar correctamente las emociones que la capacidad matemática para realizar una suma con exactitud. Muchas gracias.

Así es Ángel, educar emocional y socialmente es difícil porque requiere un nivel complejo de empatía además de la capacidad de autogestión y autoconocimiento. Es precisamente la formaicón especializada la que te permite adecuarte a las distintas respuestas. En general, se trata de poner los medios para que sean los propios alumnos los que autigestionándose y no tanto “enseñarles” a exhibir conductas deseables socialmente.
Sabemos que lo hacemos bien cuando el alumno se muestra alegre, motivado, con ganas de aprender y no evita los retos ni las relaciones.
Respecto a la mejor estrategia de formaicón para docentes, ésta debe combinar el desarrollo de habilidades emocionales y sociales a nivel personal con las habilidades docentes.

Vamos con una pregunta que nos envía Mada: ¿qué tipo de ejercicios podríamos utilizar con los más pequeños (infantil) para que expresen sus emociones? Muchas gracias, es un tema muy interesante.

Hola Mada, primero voy a poner el acento en la importancia de la interacción educador-niño, antes de recomendarte algún ejercicio específico. Si algo saben hacer los más pequeños es expresar sus emociones.

Lo único que debemos asegurar es: Captar, aceptar y validar sus emociones, para mantener y moldear su expresión de una forma cada vez más ajustada al valor del acontecimiento y al contexto. La empatía es una clave para el educador: el grado, intensidad y duración de la respuesta empática es la principal herramienta para facilitar y mantener una expresión, o bien, para hacerla aparecer o disminuir.

Estos dos últimos casos son necesarios con aquellos niños que proceden de un hogar con cuidadores que no están disponibles en momentos de inseguridad y que responden de una manera poco sensible a la expresión de sus emociones. (Los niños, a partir de los 3 años, ya han aprendido a exagerar sus expresiones emocionales para obtener sus objetivos o bien a inhibirlas). La expresividad emocional a través de la cara y la voz del educador es contagiosa para el niño y es una manera de “colocar” al niño en la emoción que nos interesa compartir.

Respecto a ejercicios, no soy partidaria de hacer consciente al niño de su propia expresión emocional, ésta debe ser resultado espontáneo de la interacción con situaciones y con la empatía/contagio del educador. Respecto a esas situaciones te recomiendo:
Ejercicios de expresión facial y corporal con música, imitando animales, personajes o cosas, (fomenta la autorregulación emocional además de la autoconciencia corporal ya que el niño inicia su autoconciencia a través del cuerpo…).

El uso de cuentos breves en los que se enfatiza la relación entre acontecimientos, sentimientos y su expresión funcionan muy bien. Procura apoyarte de imágenes, marionetas o que el niño represente a algún personaje. En general, es preciso con los más pequeños, encontrar un equilibrio entre la actividad estructurada y la actividad libre (en la que el niño juega y explora como le da la gana). Los juegos aportan las mejores oportunidades para liberar emociones y compartirlas.

Gracias por tu interés.

Hola Marga. Te recomiendo para iniciarte el Informe de la Fundación Marcelino Botín: Educación Emocional y Social, Análisis Internacional. Puedes descargártelo por internet y te pondrá al día de la situación mundial así como de los principales autores que están trabajando en IES.

No olvides, como ya he sugerido en otra respuesta leer sobre el desarrollo de los niños ya que es clave para partir de la satisfacción de sus necesidades afectivas y sociales en cada periodo. Gracias Marga

Beatriz Vicario también tiene una pregunta.
Buenas Tardes Carmen! Lo primero darle la enhorabuena por su charla, me ha parecido muy interesante. Soy profesora en un Instituto de Enseñanza Secundaria y estamos muy interesados en poder trabajar con nuestros alumnos la Inteligencia Emocional.

Usted resalta como factor clave la formación del profesorado. Así que mi pregunta es la siguiente: Además de Goleman, ¿qué otros autores, libros podemos leer sobre I.Emocional? ¿Cómo podemos tener acceso al Programa que han puesto en práctica en Bélgica? Muchísimas gracias. Un saludo.

Hola Beatriz!
Como le he dicho a Marga, puedes iniciarte con el Informe de la Fundación Marcelino Botín: Educación Emocional y Social, Análisis Internacional. Os recomiendo también que reviséis los programas SEAL de Reino Unido donde podéis encontrar toda una serie de actividades concretas para el desarrollo de la IES. El SEAL comenzó aplicándose a enseñanza Primaria pero ahora también se aplica en Secundaria. Está disponible en Internet, pero está en inglés.

Respecto al estudio belga os dejo la referencia de dos artículos publicados en una revista científica que podéis comprar o acceder a través de alguna biblioteca universitaria:

-Nelis, D., Quoidbach, J., Mikolajczak, M., Hansenne, M. (2009): Increasing emocional inteligente: (How) is it possible? Personality and Individual Differencies, 47, 36-41.
-Nelis, D., Quoidbach, J., Hansenne, M., Weytens, F., Dulpuis, P., Mikolajczak, M. (2011): Increasing emotional Competence Improves Psychological and Physical Well-Being, Social Telationships, and Employability. Emotion, 11, 2, 354-366.

Para conocer el programa completo que han llevado a cabo tendrás que ponerte en contacto con alguno de los autores y mostrar tu interés, etc. para acceder a información más concreta sobre el mismo. No obstante, yo he conocido estas referencias a través del artículo de Juan Carlos Perez González en: Cuadernos Faros (6) ¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y en la adolescencia, sobre la Educación emocional en el mundo. Te lo recomiendo. Quizá a través de este profesor sea más fácil obtener esta información.

Saludos cordiales y suerte.

Seguimos con preguntas. Ahora es el turno de Beatriz y Mónica del CREI CyL

Tienen dos cuestiones. La primera iría en relación a la vinculación que existe o considera que debiera existir entre todo el aporte que hace sobre la inteligencia emocional y la concepción de Gardner de las Inteligencias Múltiples. ¿Crees que está concepción de las inteligencias múltiples tiene cabida en el trabajo que se realiza con el alumnado desde educación infantil hasta secundaria?

La segunda es en relación a la puesta en práctica de la educación emocional. Si un docente después de escucharla, le preguntará por dónde empezaría a trabajar la educación emocional en el aula, ¿Qué le recomendaría? ¿Qué aspectos básicos habría que abordar? ¿En qué momentos o de que forma se deben introducir los programas de educación emocional, en las tutorías o de forma transversal en las distintas áreas curriculares?

Hola Bea y Mónica.

La 1ª: La conexión entre la IES y las inteligencias múltiples descansa desde mi punto de vista en tres factores clave: 1) La motivación, curiosidad, autorregulación, sentimiento de flow y sentimiento de autoeficacia, cuando se realiza una actividad se produce en la medida que los niños tienen la ocasión de explorar con libertad sus potencialidades. 2) La aceptación y reconocimiento de la individualidad por el adulto (atención, escucha interesada, empatía y reconocimiento por cualquier muestra de interés y capacidad del niño –diferente- vs críticas o extinción de tales conductas) 3) la oportunidad de estímulo, desarrollo e inclusión social de tales respuestas.

Enlazando con la siguiente, hoy por hoy, con el sistema educativo que tenemos siguen siendo las aptitudes académicas linguísticas y matemáticas las que más se valoran, preocupan y refuerzan. La áptitudes físicas, artísticas, musicales, quinésicas… ocupan un espacio más pequeño como sabemos. Mi hija pequeña, que me ha salido artista : ), llega desolada a casa porque dedica muy poco tiempo en el colegio a las asignaturas que más le interesan… lo que nos obliga a buscar estímulos para ella fuera del contexto escolar, además de reforzarla más en aquello que más le interesa y ser menos exigentes en otras.

Respecto a la 2ª: Comenzaría por hacer una revisión de:
-El estado emocional del grupo (aula) y el conocimiento que me ello me aporta como guía para la mejora: ¿Qué emociones expresan más? ¿Cuándo? ¿cómo? ¿qué me indican esas expresiones? ¿qué oportunidades propicio como educador para que expresen sus sentimientos y qué seguimiento hago de ello?
-La comunicación del educador: ¿qué sentimientos suelo expresar con más frecuencia? ¿a quiénes van dirigidos? ¿cómo respondo cuándo me expresan sus sentimientos positivos o negativos? ¿Los acepto, empatizo?

-Los objetivos que se marcan ¿se comprenden, son alcanzables a corto plazo, ilusionan?
-¿Cómo y cuánto celebramos los éxitos?
-¿Qué valor tiene fallar, suspender, o no acertar en un resultado? ¿qué actitudes presento respecto a los resultados, fallos o fracasos? ¿dónde ponemos el acento: en la exploración y estrategias, o en los resultados?
-Fomento la realización de ejercicios de relajación y motivación cuándo los alumnos afrontan retos –por ejemplo, exámenes-?
-Fomento la cooperación y relaciones de apoyo?
-¿En qué partes del programa curricular se puede potenciar las oportunidades para desarrollar las habilidades emocionales y sociales?……. 😉

Respecto al abordaje de la educación emocional, en ambas. Opino que debe ser transversal y en las tutorías tratar de modo específico aspectos importantes que fomenten la empatía, la cooperación, la aceptación de la diversidad, los conflictos, etc
Gracias por todo el interés!

Mada: Paciencia. Estar con otros niños y adultos que sí expresan y tener una actitud cariñosa empática y de aceptación, sin pedrile ni exigirle, faciilitará su expresión.

Si está en un entorno seguro y estimulante pero aún así el niño no responde a ese nivel, es preciso realizar un análisis más profundo por especialistas.

Por supuesto que es posible Fernando. Y muy necesario para el desarrollo.

Hola Ana. El concepto de inteligencia emocional grupal ha sido sobre todo trabajado por Druskat y Wolff que, han aplicado la inteligencia emocional a las organizaciones y a los equipos de trabajo.

Es un concepto muy útil ya que permite entender que un grupo no tiene por qué comportarse de manera emocionalmente inteligenta a pesar de estar constituido por miembros competentes en este sentido.

Los grupos con inteligencia emocional se caracterizan por tener la capacidad de reforzar los sentimientos de identidad, confianza y autoeficacia.

Y otro aspecto fundamental de los equipos emocionalmente inteligentes es su capacidad para construir normas preventivas a raíz de los ocnflictos que puedan surgir en los grupos.

Mi experiencia entrenando habilidades de trabajo en equipo me ha demostrado que la construcción de normas a través de la participación y el consenso es uno de los aspectos más importantes en el desarrollo de la inteligencia emocional especialmente a partir de la Secundaria y la adolescencia.

Seguimos con preguntas… Vamos con la de Rocío: ¿Qué programas sobre Inteligencia emocional existen actualmente en nuestro país? ¿Somos, en general, un buen modelo en expresión y regulación de emociones?

Hola Rocío Somos muchos los profesionales que nos estamos dedicando a estudiar y desarrollar programas de educación emocional para la escuela en España.

De nuevo, te voy a remitir a dos informes que te permitirán tener una visión bastante general de la situación en nuestro país y que puedes descargarte con facilidad: En el Informe de la Fundación Marcelino Botín: Educación Emocional y Social, Análisis Internacional

hay un capítulo dedicado a España y en Cuadernos Faros (6) ¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la infancia y en la adolescencia, también encontrarás otro sobre: Los orígenes y desarrollo de la educación emocional en España.
Gracias. Saludos.

¡Pues seguimos!
Pregunta de Anna: Buenas tardes Carmen. Gracias por compartir esta tarde con nosotros. Mi reflexión es referente a los programas de Educación Emocional de los que hablas. Estoy de acuerdo en que son necesarios para el profesorado. Para que pueda tener herramientas. No obstante, creo que no se acaba de entender bien para qué estamos educando en emociones. Parece que si se aplica un programa o se crea una asignatura de Educación Emocional en el centro ya estamos cumpliendo. Pero yo entiendo la Educación Emocional como algo transversal. El profesor de matemáticas, el de lengua, el de ética… también deberían poder conocer cómo tratar las emociones a partir de los conflictos que suceden en el aula, en el día a día. Sin crear una realidad ficticia. Tanto de Infantil como de Primaria y Secundaria. ¿Tu qué opinas? ¿Crees que se puede lograr? Gracias Carmen!

Anna, estoy completamente de acuerdo contigo. De hecho es una de las críticas que hago y que creo que comento en la entrevista.

Detecto cierta “desconexión” a veces de los objetivos educativos. El verdadero cambio se produce cuando tales ocmpetencias bañan la interacción global con el allumno. Por ello defiendo la transversalidad además de los programas de actividades específicas.

Raquel, tienes mucha razón. De un modo empático debemos preguntar en esas ocasiones ¿qué sentiste? Esta es una pregunta que aparece muy poco en la educación a nuestros hijos y a nuestros alumnos ¿Qué sientes? Utilizamos generalmente un lenguaje basado en valoraciones y no en expresiones emocionales. Los adultos somos los primeros en deber cambiar esto para poder modelar un mejor vocabulario emocional.

Curiosamente, está demostrado que cuando las personas expresamos lo que sentimos y recibimos la atención, aceptación y empatía de los otros nos sentimos mejor y motivamos. Es un proceso que se retroalimenta por sí mismo. Gracias!

¡¡Nunca es tarde para nadie!! Me gusta mucho esta pregunta ya que soy una auténtica defensora de los abuelos como figura de apego importante para los niños en la sociedad actual.

Tengo conocimiento de una experiencia que se realizó a través del Ayuntamiento de Valdemoro para “abuelos canguros” que fue todo un éxito en la cual se entrenaban las habilidades emocionales y sociales.

Seguimos

Hay mucho por hacer, sí, entodo el mundo me temo. Puesto que éste es el tema pendiente de las sociedades “avanzadas”. Auqnue suene a tópico creoq ue seguimos teniendo ventaja sobre los países del norte por un simple detalle cultural: disponemos de una red familiar y social más potente (nuestra manera de aforntar la crisis es un ejemplo).

Hacemos vida social en bares, fiestas e interactuamos más en la calle. Nuestra cultura general y nuestro clima lo favorecen.

Esta va a ser la última pregunta

Sí, de hecho estoy convencida de que los entrenamientos deben ir principalmente dirigidos a los adultos quienes modelarán y mediarán el desarrollo competencial en los niños. Gracias Jorge.

Muchas gracias a todos por participar en esta charla tan agradable con Carmen.

Muchísimas gracias a todos por vuestro interés y confianza. Ha sido un placer y una oportunidad para mí para seguir aprendiendo. Un abrazo a todos.

Nos vemos en la próxima.