Ha sido noticia estos días pasados un niño de Huesca por ganar un gran premio de fotografía en el prestigioso Wildlife Photographer of the Year organizado por el Natural History Museum de Londrés, en estos tiempos en los que la prensa nos bombardea con noticias negativas un día sí y otro también ver a un niño protagonista de una buena noticia ha sido cuanto menos liberador.
Con nueve años es capaz de interesarse por el mundo que le rodea, por los animales especialmente, dedica tiempo y paciencia a conseguir una buena foto ¿con qué objetivo? Con ninguno concreto, eso es para mi lo especialmente valioso. Juega y aprende hacer fotos cada día mejores por el simple hecho de que le gustan los animales ¿se puede esperar más de un niño?
Nos complicamos tanto en hacer teorías sobre la infancia que olvidamos a los mismos niños. ¿Qué necesita un niño? Jugar, experimentar, probar, …, si le damos herramientas y estrategias podrá hacerlo de manera satisfactoria; si le damos tiempo podrá asimilar los aprendizajes e integralos en su propio yo.
Nuestro protagonista tiene mucha suerte al tener una familia que le anima y le apoya, no es barato hacer las fotos que hace, ni tampoco lo son los viajes que ha llevado a cabo con sus padres para conocer otras culturas y animales, pero sin duda que está aprovechando al máximo las oportunidades que le están brindando, no cabe duda de ello.
Acceder a una cámara de fotos potente y supermoderna es difícil pero a una sencilla no lo es tanto. Lanzarse al mundo para retratar nuestras inquietudes e intereses sí podemos hacerlo con poco dinero, simplemente un móvil viejo de los que vamos a desechar tiene una cámara y una memoria interna que sin más coste nos podría servir. ¿Nos atrevemos a darles voz? ¿Nos atrevemos a que puedan expresar sentimientos, emociones u opiniones con una sencilla cámara de fotos?
Hace años que yo en mi aula hago algunas actividades de este tipo, los niños se convierten en fotógrafos, con una cámara reciclada no importa que se pueda estropear, está al final de su vida útil pero nos va a ser muy útil.
Hacemos muchas fotos, las mejores son las nacen de sus intereses, reflejan verdaderamente lo que están sintiendo, lo que pulsa en su interior, y a partir de esos hilos tenemos la oportunidad de hablar, de comentar, de explorar su mundo interior y conocerles, conocerse un poco mejor. La única condición que deben respetar es que si desean retratar a alguien deben pedir permiso y respetar a quien no desee ser fotografiado.
Decía el dicho que una imagen vale más que mil palabras, aprovechemos pues el enorme potencial que tienen las imágenes, un ingente potencial educativo que nos debe servir para dar voz a nuestros niños y niñas, sin duda alguna que nos sorprenderán. Feliz semana.