15 November, 2013

En el post de hoy os queremos invitar a reflexionar acerca de las competencias digitales y su inclusión en el currículo escolar de nuestros alumnos. ¿Contamos los profesores con las competencias digitales necesarias para hacer frente a la enseñanza de unos alumnos cada vez más ‘tecnológicos’? Para responder a esta pregunta, lo primero es ver qué entendemos como competencia digital.

Podemos definir la competencia digital como la capacidad para resolver situaciones cotidianas por medio de la utilización de recursos e instrumentos tecnológicos, es decir estar familiarizado con estas herramientas, de manera que las utilicemos en la diversas actividades que desarrollamos en nuestro día a día.

Sabido es que la tecnología avanza a pasos de gigante, y cada vez es posible ver con mayor frecuencia que nuestros hijos o nietos se manejan mejor con los ordenadores, con las tabletas o con los teléfonos inteligentes, ya que han nacido y crecido en una sociedad cada vez más tecnológica e informatizada. Pero ¿qué pasa con los profesores que no han tenido estos objetos en su día a día? ¿Es imprescindible la implementación de estos recursos en el aula? ¿necesita el profesor disponer de competencias digitales para impartir su clase?

Nuestra respuesta es que sí lo necesita, ya que la educación debe dar respuesta y facilitar la inserción de los alumnos en la sociedad, con lo cual no podemos estar ajenos a esta realidad y a estos cambios que exige que profesores y profesoras estén constantemente formándose en relación a estas temáticas.

Las adquisición de competencias digitales le permitirá al profesor poder aplicar las nuevas tecnologías en su día a día en el aula, ya sea desde la creación y edición de presentaciones o vídeos, hasta el trabajo por medio de las nuevas tecnologías como las que hemos ido revisando las últimas semanas: flipped classroom, WebQuest, libros digitales, etc.

Además es importante que el profesor pueda inculcar en los niños y jóvenes el manejo de las herramientas digitales de una forma crítica y creativa, de manera que no sean solo receptores de información, sino que puedan utilizar dichas herramientas para crear contenidos, redes, etc… Todo ello desde la seguridad y la confianza, es decir, conocer qué derechos, deberes y cuidados deben tener como usuarios de por ejemplo, redes sociales, foros…

En síntesis, podemos concluir que dentro del proceso de formación permanente del profesorado es necesario trabajar las competencias digitales, ya que de esta forma el trabajo en el aula irá en línea con las actuales exigencias que recibimos de un medio cada vez más tecnológico.