En nuestras escuelas, institutos y Universidades estamos formando las nuevas generaciones que van a incorporarse al mundo laboral y todos sabemos que el panorama es bastante desalentador. Ante esa realidad, es importante conocer las diferentes necesidades que plantea el momento presente, donde se manifiestan de una forma clara los cambios profundos que se están produciendo a nivel social en la concepción que tenemos del trabajo. Y todo ello, como consecuencia de los nuevos motores de cambio: el mercado global, las TIC , la sociedad del conocimiento y la crisis económica.
Una investigación reciente ha analizado grandes cambios que influyen de forma muy determinante en el mundo empresarial: el envejecimiento de la población, el avance de las máquinas y sistemas inteligentes, la necesidad de un aprendizaje continuo, las TIC y la gran cantidad de información que va a ser necesario manejar (blogs, redes sociales, comunidades virtuales,..), son algunos de ellos. Las instituciones educativas deben ponerse manos a la obra y realizar cambios para adaptarse a esta nueva realidad donde habilidades como la capacidad de análisis crítico, la reacción ante situaciones inesperadas y la empatía serán imprescindibles.
Actualmente el mercado laboral ofrece escasas oportunidades laborales en proporción a las personas que están en proceso de búsqueda o mejora de empleo. Los perfiles demandados son muy distintos a los de hace tan sólo unos años e incluso están emergiendo nuevos perfiles profesionales. Debemos tener presente que el conocimiento académico tradicional (titulación específica) no puede ser la única respuesta a esta nueva realidad (un dato concreto que lo demuestra, la caída de la construcción en España ha sido de un 62% pero el número de graduados en arquitectura e ingeniería civil ha crecido un 174%). Deberíamos plantearnos la siguiente cuestión ¿Estamos preparando a nuestros jóvenes para el futuro? Posiblemente la respuesta es “no”. Las nuevas tendencias ponen de manifiesto que las competencias transversales constituyen un factor de competitividad en este escenario laboral. Y ahí radica la clave, deberíamos empezar a pensar qué competencias y habilidades son requeridas en los diferentes puestos de trabajo y entornos de trabajo.
Recientemente, investigadores del “Institute for the Futur”e (IFTF), organización independiente sin fines de lucro que se dedica a investigar las tendencias y discontinuidades que construyen el futuro, conjuntamente con catedráticos del “University of Phoenix Research Institute” realizaron un interesante estudio en el que indagan acerca de cuáles deberían ser las habilidades que se precisarán en el futuro para desempeñar en el mundo laboral. En su informe “Future Work Skills 2020” analizan cuáles serán las habilidades básicas necesarias en los próximos diez años en base a estas nuevas tendencias que están transformando la sociedad y el mercado global.
Este informe define diez grandes bloques competenciales.
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Dar sentido: Implica la competencia de síntesis de los puntos clave que nos ayudan a crear una visión única antes de tomar decisiones.
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Inteligencia social: capacidad de conectar con los demás de una manera profunda y directa para detectar y estimular las reacciones e interacciones deseadas. Los empleados socialmente inteligentes son capaces de evaluar rápidamente las emociones de quienes los rodean y adaptar sus palabras, el tono y los gestos. En consecuencia, esta es una habilidad clave para colaborar y construir relaciones de confianza, y necesaria para colaborar con grupos de personas en diferentes contextos.
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Pensamiento adaptativo: habilidad en el pensamiento que permite dar con soluciones y respuestas más allá de lo rutinario o basada en reglas ya que la innovación y creatividad requiere de un pensamiento novedoso y adaptable.
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Competencias interculturales: capacidad de funcionar en diferentes entornos culturales. Esto no solo implica habilidades lingüísticas, sino también la capacidad de adaptación a las circunstancias cambiantes y la capacidad de detectar y responder a los nuevos contextos.
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Pensamiento computacional: capacidad de traducir grandes cantidades de datos en conceptos abstractos y comprender el razonamiento basado en datos
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Alfabetización en nuevos medios: La próxima generación de trabajadores tendrán que tener competencias fluidas en varios formatos como el video, serán capaces de “leer” y evaluar información de forma crítica y comunicarla a través de diversos canales.
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Transdisciplinariedad: El trabajador ideal de la próxima década es ” en forma de T ” ya que poseen un profundo conocimiento de al menos un área, pero tienen la capacidad de conversar en el lenguaje de una amplia gama de disciplinas
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Mentalidad de diseño: capacidad de representar y desarrollar tareas y los procesos de trabajo para lograr los resultados.
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Gestión de carga cognitiva: capacidad de discriminar y filtrar la información de importancia, y de entender cómo aprovechar al máximo en conocimiento circulante mediante una variedad de herramientas y técnicas
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Colaboración virtual: capacidad para trabajar de forma productiva , impulsar la participación, y demostrar la presencia como miembro de un equipo virtual ya que las TIC permiten que sea más fácil que nunca trabajar , compartir ideas y ser productivo a pesar de la separación física.
Podemos empezar en nuestras Instituciones Educativas formando a nuestros alumnos con el objetivo claro de estar mejor preparados para su futuro profesional.
De todas estas competencias, me gustaría destacar algunas de ellas. La Inteligencia Social es la habilidad que nos permite interaccionar con efectividad en un entorno donde las relaciones sociales crecen y crecen. Herramientas como la empatía, la inteligencia verbal, la inteligencia emocional, la asertividad, las habilidades de comunicación, el liderazgo son algunas de las que podemos ya empezar a trabajar desde edades tempranas.
El pensamiento adaptativo, es otra de las habilidades que podemos ir formando si trabajamos aspectos como la creatividad en la búsqueda de soluciones; la capacidad de aprender a aprender que va a permitir al alumnado desenvolverse ante situaciones de incertidumbre tratando de buscar respuestas a las problemáticas que se les planteen , de tal forma que sean capaces de conocer sus propias capacidades para resolverlas o de organizar nuevas estrategias y el desarrollo de saberes que sirvan para obtener resultados visibles a los individuos, que tengan un carácter integrador y que se puedan aplicar para resolver con éxito situaciones comunes de la vida personal y social
En relación a la gestión de carga cognitiva, en nuestra práctica docente debemos crear experiencias educativas que hacen que la adquisición de conocimientos y de habilidades sea eficiente, eficaz y atractiva.
Un macroestudio del think tank británico Fast Future, concluye que 110 nuevas profesiones aparecerán en 2030. Por ejemplo, meteopolicía que perseguirá actividades ilícitas que alteren la meteorología, trabajadora social de redes que dará apoyo a los marginados de las redes sociales, biohacker que alterará el ADN de plantas, animales y seres humanos para crear virus benéficos, etc.
El sistema educativo debe estar preparado para ofrecer una respuesta adecuada a todas estas nuevas necesidades del mercado laboral.