3 November, 2013

En este post os queremos hablar del Proyecto Russinyol (ruiseñor)  en el cual han participado alumnos de nuestro instituto y que creemos que encaja perfectamente con el tema del voluntariado y el emprendimiento social. Se trata de un proyecto realizado desde la Universidad de Girona  ( UDG ) y que consiste en establecer una red de relaciones, un conjunto de prácticas y dinámicas entre estudiantes de diferentes facultades de la UDG  con alumnos de origen extranjero de  diferentes centros educativos de las comarcas de Girona.

Los estudiantes universitarios se convierten en mentores y acompañan periódicamente a un alumno para que  conozca diferentes partes de la ciudad, espacios culturales, actividades de ocio…. La idea es acelerar el proceso de integración de estos alumnos.

Encontramos los orígenes de este proyecto en Israel, donde a mediados de los 70 se establece un programa nacional de tutoría para escolares en situaciones desfavorecidas que lleva por nombre Perach Project. En la misma línea, en la década de los noventa, la Universidad sueca de Malmö adapta el proyecto a las características de su ciudad. El programa Ninghtingale ( así es como se llama en inglés) se aplica en Malmö como una manera de hacer frente a los problemas de integración de los alumnos de origen extranjero y a partir de aquí se  convierte en un proyecto europeo donde participan diferentes universidades de Europa entre ellas la UDG.

 Nuestro centro es el primer año que ha participado en el proyecto y la valoración es muy positiva. Diksha, de origen panjabi , y Sisi, de origen chino fueron las dos alumnas que durante todo el curso escolar han realizado diferentes actividades con sus mentoras. El proyecto arranca el pasado mes de noviembre con una presentación institucional en el ayuntamiento de nuestra ciudad, Olot, dónde se conocen los alumnos del instituto con los alumnos de la Universidad de Girona. A partir de  allí las mentoras realizan diferentes actividades con sus parejas del proyecto.

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 El objetivo principal es que estas alumnas tengan a sus mentoras como referentes, como modelos  positivos a seguir. El hecho de verse con ellas una o dos veces al mes, normalmente en sábado, les permite establecer una relación que de otra manera seguramente no sería posible ya que su entorno más habitual es la escuela y la familia y no suelen realizan actividades fuera de este ámbito. En el caso de Diksha y Sisi visitaron diferentes museos de la ciudad, hicieron alguna excursión, fueron al cine y celebraron juntas su aniversario.

El proyecto Rusiñol es, en nuestra opinión, un paso importante para la inclusión social de estos alumnos. Prueba de ello es que el proyecto, que se realiza des del curso 2007-2008, aumenta cada año el número de escuelas y institutos interesados en participar. En el último curso en toda la provincia de Girona, unos 100 alumnos han formado parte y la valoración es muy positiva.

El nombre del proyecto, el ruiseñor, es la mascota de Malmö y simboliza un pequeño pájaro que canta maravillosamente  bien cuando se siente seguro. Diksha y Sisi ya han empezado a entonar sus melodías.