4 January, 2018

El otro día, mientras caminaba por la calle, un coche empezó a hacer sonar el claxon de manera exagerada y una voz des de dentro me deseaba FELIZ AÑO. Se paró a mi lado. Miré dentro. Una ex alumna, Jenabo, aparcó    y empezó a explicarme entusiasmada cómo le iba la vida. Está estudiando un Ciclo de Grado Superior de Integración Social, ya se gana su primer sueldo como trabajadora familiar realizando visitas a domicilio y se acaba de  comprar un coche de segunda mano. Me gusta mucho encontrar ex alumnos y que me cuenten cómo les va la vida, si ya han acabado sus estudios, si han estado en el extranjero, si han encontrado trabajo…pero he de confesar que, si los ex alumnos que me cuentan esto son de familias de origen extranjero, a veces, no puede evitar emocionarme.

 

A Jenabo la conozco bien . A parte de haber estado alumna de nuestro instituto, la visitamos en Gambia hace 4 años cuando su familia decidió que debía pasar un año en su tierra de origen. De entrada es una chica dura, que dice las cosas directamente pero con una sonrisa pegadiza. Se siente satisfecha de lo que ha conseguido este año que ha cumplido los 20. Pero siempre hay una cosa que me sorprende de su discurso: habla en tercera persona. Me comenta cosas como Los negros ( ella siempre lo dice así) quieren, dicen, opinan…o cuando hablamos de la situación política actual empieza a decir los catalanes piensan, harán …. Le hago notar que siempre habla en tercera persona. Y tu qué…? Le digo. Empieza a reír.

 

Este encuentro me remitió a una entrevista leída recientemente a Lola López, antropóloga del Ayuntamiento de Barcelona y experta en temas de inmigración y diversidad, donde afirmaba que debemos dejar de hablar de inclusión social y abordar el sentimiento de pertinencia. Des de mi punto de vista, la escuela ha trabajado bien la inclusión social  de estos alumnos pero el sentimiento de pertenecer a un sitio creo que debe trascender mas allá de las aulas, en las instituciones y en la misma sociedad. Y debe ser un tema bidireccional y dónde deben participar las dos partes. Hay un vacío del sentido de pertinencia en nuestra sociedad y es importante pensar sobre como desarrollar un sentido real. Por ejemplo… están representados en los discursos políticos o en los medio de comunicación?

 

La misma Lola López habla del papel de los medios de comunicación a partir de una serie de ficción de la televisión catalana titulada Merlí. La serie tiene lugar en un instituto de secundaria y el protagonista es un profesor de filosofía que intenta motivar a sus estudiantes con nuevas estrategias. Los principales protagonistas son un grupo de estudiantes y, en cada episodio, aparecen los típicos problemas de los adolescentes. Es una serie con un gran éxito entre nuestros adolescentes y os lo puedo asegurar por los comentarios oídos en clase. Entre sus protagonistas pero, no encontramos a ninguno que sea de origen inmigrante. Sí que los vemos como figurantes en clase, personajes secundarios, sin ninguna intervención. Estamos hablando de ficción, pero la ficción es una herramienta con un gran poder sobre los jóvenes en el momento de construir su imaginario y identificarse . En esta serie, pero, no se representa la diversidad cultural de una manera normalizada. A lo mejor, si entre los protagonistas hubiese una Jenabo que, en un capítulo, compartiese con sus compañeros de clase sus miedos, sus dudas de lo que le supone tener que marchar un año a Gambia, a lo mejor, algún día, dejaría de hablar en tercera persona.