Empecé casi por casualidad hace ya unos años escribiendo y pensando metodologías para enseñar a emprender a niños y a jóvenes. Compartir muchas experiencias con profesorado, con alumnos, pequeños y mayores, con padres y madres y contrastar información con expertos, me ha permitido desarrollar la idea de que la competencia emprendedora, como tantas otras ,requiere de aprendizaje pero sobre todo requiere de mucho entrenamiento. Esta sería una primera conclusión de la experiencia.
Y la segunda conclusión que da título a este post surge de la siguiente lógica. Emprender es una actitud de vida, es la capacidad de tomar la iniciativa, de generar alternativas, de plantearse retos y organizarse para cumplirlos, es en definitiva practicar el oficio de ser persona.
Y de estas dos conclusiones llegamos a una tercera mucho más global, mucho más holística, mucho más necesaria y que nos incumbe a todos los docentes. La competencia de la autonomía y la iniciativa se adquiere con un entrenamiento para la vida.
Tomaré pues la metáfora del entrenamiento y del gimansio. Si nos fijamos en cómo funciona el aprendizaje de cualquier deporte y la función que cumple la figura del entrenador, aprenderemos algunas cosas fundamentales para entrenar la iniciativa y el emprendimiento en nuestros alumnos.
1- Un deporte, diversos músculos en funcionamiento
Cualquier deporte que queramos practicar pone en funcionamiento diferentes músculos y requiere de distintas habilidades. No es suficiente con entrenar un único grupo de musculación sino que hay que hacer distintos entrenamientos. Si quiero, por ejemplo, entrenar el runnig, pues deberé fortalecer el cuadríceps, pero también deberé hacer ejercicios de brazos y realizar entrenamientos aeróbicos para mejorar la resistencia.
Pues con el emprendimiento pasa exactamente lo mismo. No es suficiente entrenar la capacidad de realizar proyectos para conseguir que sean personas más emprendedoras. Hay que fortalecer otros muchos “músculos” para conseguir esta destreza. Al final del post enunciaré algunos.
2- Un plan de entrenamiento
La mejora en la práctica de un deporte se consigue con un plan de entrenamiento que parte de una evaluación inicial, de la fijación de unos objetivos y la realización de unas rutinas de entrenamiento que permiten valorar el progreso y la mejora constante.
Esta manera de funcionar que parece tan clara y da resultados evidentes pocas veces se pone en práctica en el ámbito educativo cuando queremos entrenar una habilidad.
Uno de los entrenamientos esenciales para mejorar la competencia emprendedora de nuestros alumnos es el de la habilidad comunicativa. Es decir, conseguir que sepan exponer sus ideas y sus proyectos ante un público. Esto se consigue con un plan de entrenamiento. Requiere evaluar de dónde parte cada alumno, plantear un reto u objetivo, diseñar unas rutinas de entrenamiento que tienen que repetirse, requiere también que el alumno aprecie progreso y los resultados serán evidentes, garantizado!
3- Un entrenador/a
Un entrenador en el deporte es el que busca los mejores resultados posibles dependiendo de los talentos y capacidades de cada uno. Dedica tiempo a buscar las habilidades naturales y se preocupa porque sus discípulos lleguen a ser competentes en ese deporte.
Y si el entrenador está entrenando, por ejemplo fútbol, pero detecta que a uno de sus futbolistas le falta fuerza en las piernas, le propondrá unas series de entrenamiento para fortalecer esa masa muscular.
De la misma forma si estamos entrenando a nuestros alumnos por ejemplo en la habilidad comunicativa y detectamos una falta de autoconfianza que les impide expresarse mejor, deberemos proponerle algunos ejercicios de entrenamiento que le permitan mejorar su autoestima y facilitar así su capacidad para expresarse.
Un entrenador consigue sus objetivos a base de repetición y mucho entrenamiento. Pues entrenar a nuestros alumnos es exactamente los mismo, cuanto más entrenen la habilidad en la que queremos que mejoren, mejores resultados obtendrán.
Y para finalizar, cuáles son algunos de estos entrenamientos básicos para conseguir alumnos con más iniciativa y capacidad de emprendimiento: entrenar su autonomía, entrenar su habilidad creativa, entrenar su habilidad comunicativa, su capacidad de trabajar en equipo, su optimismo, su capacidad de realizar proyectos y entrenar su valentía.
Poco a poco, estableciendo rutinas de entrenamiento y sobre todo viendo y haciéndoles ver sus progresos. Es posible y altamente gratificante, para ellos, pero también para nosotros los docentes.