En los diferentes posts que hemos escrito habréis visto que nos aparecen distintos temas a partir de nuestras vivencias en los países donde hemos estado. Esta vez abordaremos un tema que hemos vivido muy de cerca y muy distinto según el caso, las raíces y la identidad: ¿De dónde soy? ¿De dónde me siento?
Nos encontramos en una situación en que nuestros alumnos son hijos de padres inmigrantes y se les plantea un dilema de identidad: ¿A dónde pertenecen? ¿Conocen realmente sus raíces? ¿Cómo viven el choque de las dos culturas? Son alumnos que en casa viven de una forma y en la escuela y la calle viven otra realidad distinta. A través de nuestro proyecto hemos visto distintas situaciones que explicaremos a continuación.
Empezaremos por dos alumnos que nacieron en India, Kamal y Pardeep, de quien ya os hemos hablado en otros posts. Los dos nacieron cerca de Amritsar y sus familias vinieron a Olot cuando ellos eran pequeños. Aun así, vivimos sus casos de forma distinta.
Kamal con algunas alumnas bailando en la fiesta de compromiso de su prima en Amritsar.
Kamal llegó a Olot cuando tenía trece años. Vivé aquí con su hermano, su padre y su madre. Tiene bastantes amigos de India dentro y fuera de la escuela y cada sábado se encuentra con ellos para jugar a criquet. Cuando visitamos sus familiares en Amritsar, se le veía muy contento y muy cómodo. Le entrevistamos y él mismo nos contaba que “Olot es el mejor sitio para estar ahora mismo”, pero echa de menos a su país, su gente y tiene ganas de volver allí y abrir su propio negocio.
Pardeep con su abuelo tras nueve años sin verse
Pardeep nació en un pueblo cerca de Amritsar. Cuando era pequeña llegó a Olot y empezó la escuela primaria aquí. Desde entonces se ha relacionado con muchas chicas de Olot y sale con ellas aunque no puede seguir al 100% sus costumbres porque es una mujer. En nuestra visita a su pueblo, la casa de sus tíos y su antigua escuela, Pardeep vivió un choque de identidades en primera persona. Estaba muy desorientada y no sabía muy bien de dónde se sentía ni a dónde pertenecía. Le encantó poder estar con sus tíos y jugar con sus primos. Se identificaba con todo ello, pero al mismo tiempo también quería estar con sus amigas de Olot. No sabía muy bien cómo sentirse con ella misma.
Otro caso dónde exploramos este sentimiento de pertenencia, lo vivimos con nuestras compañeras gambianas, Ami y Fatou. Los padres y familiares de ambas son de Gambia pero las dos nacieron cerca de Olot y desde entonces viven aquí en un piso con su familia más directa, hermanos y padres.
Ami se siente de Olot pero le gusta visitar el país de sus padres.
Ami ha visitado el país de origen de sus padres dos veces, conoce su tierra y le gusta, pero dice que se siente muy extraña allí. En un momento en que la entrevistamos, incluso nos comenta que a pesar del color de la piel, la gente de allí la ve de aquí y ella también se siente de aquí y ve su futuro aquí. En este caso, el choque es bastante fuerte porque en su casa Ami vive la cultura de Gambia y ella actúa como si quisiera huir de ella sin poder. De sus amigos, su forma de pensar, sus relaciones… ella va desarrollando su identidad y se siente de aquí.
Fatu conoce por primera vez a su abuela.
El caso de Fatu es más especial. Ella nació aquí en Olot y con el proyecto Ull, Canvi i Acció conoció por primera vez el país de su origen. Sus padres le habían hablado un poco de Chamoi pero aquélla fue su primera visita. Se sintió muy bien todos los días, conoció a sus abuelas, sus tías y sus familiares pero aun así Chamoi le queda lejos y ella tiene claro que su vida está aquí.
Con los reencuentros de nuestros alumnos con sus familiares nos damos cuenta que a menudo nos olvidamos del tema de la identidad. En la escuela, estos alumnos están bien y a gusto, pero es importante que tengan la oportunidad de conocer sus raíces y puedan expresar sus emociones en la escuela y compartirlas con sus compañeros. A ellos les ayuda poder hablar de este tema, poder abordarlo de una manera natural y por nuestra parte, como docentes orientarles en este nuevo camino recordándoles que lo importante es ser.