“La infancia es el futuro del mundo, mostrémosles la esperanza de un mundo sin guerras, sin racismo, donde puedan soñar un futuro de paz” . Rigoberta Menchú
Todo empezó a raíz de un encuentro casual entre Hiliana y Jordi.
Jordi era un catalán que se encontraba de vacaciones por Guatemala con su familia. Un día, mientras recorría en coche una carretera de los Cuchumatanes, la sierra más alta de centro américa, se encontró con Hiliana, que como otros muchos maestros, hacía autostop cada día para ir a trabajar a las pequeñas escuelas de las zonas rurales situadas en la cima de la sierra. Decidió subirla en su coche y acompañarla hasta el recóndito lugar dónde se encontraba su escuela. Pensó que sería una buena forma de conocer lugares poco turísticos del país. Durante el viaje Hiliana, Jordi y su familia conversaron mucho, el trayecto era largo. Hiliana les explicó la situación en que se encontraba la escuela de la que ella era directora, la falta de recursos de la que disponían todos los centros educativos de la zona por parte del gobierno. Finalmente llegaron al cantón (nombre con el que se conoce a los barrios en el país) La Unidad , en una aldea llamada Patio de las Bolas en el municipio de Chiantla. Allí se encuentra una comunidad indígena descendiente de los mayas. Jordi y su familia pudieron ver decenas de niños y niñas que se dirigían como cada mañana a la escuela, a pesar de las largas distancias y las bajas temperaturas.
De este encuentro casual hace ya más de quince años y fue el nacimiento de la asociación Unitat Solidària de la que Jordi es hoy el presidente. Jordi no se quedó indiferente después de lo que vio aquél día y decidió crear una pequeña asociación que desde Palafrugell, (Girona), su localidad, ha llevado a cabo una serie de iniciativas de colaboración para el desarrollo de aquella escuela y de su comunidad.
Guatemala es un país con una larga trayectoria de conflictos armados y una gran inestabilidad política. La comunidad de la Unidad está formada por familias muy numerosas. La mayoría tienen como mínimo cinco hijos, muchas llegan a tener ocho, diez, doce o más. Los padres trabajan en el campo, como pastores, haciendo leña… y las madres cuidan de los hijos, trasportan el agua, lavan la ropa… los pequeños ayudan a los mayores, y este es su día a día y su futuro. Algunos emigran a los Estados Unidos en busca de fortuna.
La función de las escuelas en estas aldeas es fundamental. Los maestros han conseguido implicar en sus proyectos a las familias y mostrarles la importancia que tiene el echo de que sus hijos reciban una educación.
La función de la asociación ha sido la de facilitar recursos humanos y económicos para que todo esto sea posible. La construcción de depósitos de agua potable en toda la comunidad, asegurar un almuerzo diario a los alumnos en las escuela, la construcción de nuevas aulas, de una cocina, de lavabos, material de informática, formación para los maestros y facilitar la continuidad de los alumnos a secundaria han sido algunas de las muchas labores que se han desempeñado a lo largo de estos años.
Asociación, maestros y familias han trabajado conjuntamente para hacer de La Unidad, así como de otras escuelas de los alrededores, espacios vivos y en constante crecimiento. Hoy son ya más de 250 alumnos los que acuden cada día a sus aulas y muchos los que han cursado estudios superiores.
Yo tuve la suerte de durante unos meses compartir con ellos esta experiencia. Convivir con aquella comunidad ha sido una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido. Fueron muchos los trayectos haciendo autostop junto con aquellos maestros para dirigirme a La Unidad y encontrarme con aquellos niños y niñas, protegidos del frio con mantas, que cada día me recibían ansiosos por aprender algo nuevo. Hiliana me abrió las puertas de su casa y me acogió como a una más de su familia, como hace con todos los voluntarios que desde Unitat Solidària van a parar a aquél maravilloso rincón a aprender y a crecer como personas. Ella sigue hoy dirigiendo la escuela, con el mismo entusiasmo y esfuerzo que lo hacía entonces.