22 February, 2014

Pidamos a los niños que descubran si en su zona

habitan personas con bagajes culturales diferentes,

que nos describan en qué se diferencian de ellos,

pero también, dentro de su grupo de pertenencia,

en qué se diferencian unos de otros.

Digámosles que es normal que en un primer momento

la diversidad de los otros no nos guste, pero que ser

diferentes no significa ser malos. Nos hacemos malos

cuando queremos impedir a los demás que sean diferentes.

Digamos a los niños que las diferencias hacen

del mundo un lugar interesante en el que vivir.

Si no hubiera diferencias no podríamos entender

siquiera quiénes somos: no podríamos decir “yo”

porque no tendríamos un “tú” con el que compararnos.

Digamos que igualdad significa que cada uno tiene

derecho a ser diferente a todos los demás.

Umberto Eco

En primer lugar las acciones deben ir encaminadas de acuerdo al diagnóstico que se realice del centro escolar, las características socio-cultural, cognitivas, emocionales de su alumnado. De acuerdo a esta primera toma de contacto, podremos definir aquellas acciones inclusivas para ellos.

Si nos referimos al aspecto cognitivo, destacar aquellas actividades que promuevan alcanzar los objetivos que planteamos. Quizás debamos realizar ajustes en las metas propuestas, teniendo como marco común la legislación vigente. Para ello el centro debe contar con la suficiente flexibilidad para proponer adaptaciones curriculares. Conocidos son por citar un ejemplo, los planes de acogida que se proponen para los alumnos inmigrantes, siendo algunas de sus  apartados  los siguientes:

1) En cuanto a las familias:

En primer lugar, realizar entrevistas con la familia, para conocer cuál es el entorno del niño, tanto familiar como socio-cultural. De esta manera será más fácil para el maestro establecer una relación empática con el niño o niña. Es muy importante que el/la  Director o Jefe/a de Estudios atienda a la familia con tiempo suficiente para el adecuado intercambio de información, siendo conveniente que el futuro alumno/a esté presente.

El primer acercamiento, será acogedor, colaborador, respetando en lo posible los códigos  culturales, de forma que nos permita conocer la identidad del alumno/a. Será conveniente llevar a cabo una entrevista inicial, durante  la cual se recogerán datos del alumno/a: Procedencia , lengua materna, escolarización previa, dirección, datos familiares , religión, etc. Esta información se recogerá en un protocolo. A continuación se informará a la familia sobre los aspectos de organización y  funcionamiento del Centro: horario, normas de convivencia, materiales, AMPAS, actividades extraescolares. No debemos olvidar que las familias recién llegadas tienen muchas expectativas  puestas en la educación de sus hijos o hijas  ya que  en ella ven la mejor manera de integrarse en la sociedad.Se debe informar también sobre los Servicios Sociales que puedan servir de referencia y ayuda ante determinadas situaciones.

2) En cuanto al alumnado:

Nuestra meta prioritaria es conseguir que este primer contacto de los niños con la escuela se realice de la forma menos traumática posible, para ello se deberán diseñar una serie de estrategias para acompañar al niño y a su familia en este proceso.

Siempre que sea posible, se procurará anticipar la llegada de un nuevo alumno/a a la clase informando al grupo, fomentando el interés por conocer al nuevo compañero/a, el país del que proviene, su lengua, etc., y a través de actividades que ayuden a valorarlo. Ejemplo de algunas actividades son las siguientes:

  1. Acercarse al conocimiento de su lengua formulando preguntas sobre palabras en su lengua.
  2. Localizando en el mapamundi el país de procedencia.
  3. Preparando un cartel de bienvenida.
  4. Estableciendo actividades de recibimiento.
  5. Preparando dibujos o tarjetas para obsequiarle a su llegada.

En el caso que el recién llegado o llegada no conozca la lengua, podemos pedir al grupo que ayude a su nuevo compañero/a a comprender la lengua a través de estrategias como señalar imágenes, hablar despacio,  y teniendo siempre en cuenta la edad con la que trabajamos, ya que si son niños de Infantil, un buen recurso son las imágenes y dibujos. Si son pequeños, y si es su primera experiencia escolar resulta abrumador el cambio de espacios, de personas de referencia, por lo que es necesario ofrecer un ambiente cálido, acogedor, para empatizar con ellos y crear vínculos desde el primer momento Además tener en cuenta que tienen un cúmulo de emociones mezcladas: temor, ansiedad, alegría, sorpresa, etc. y será un aspecto fundamental para trabajar en ello.

 Un buen recurso que he utilizado en alguna oportunidad, es Háblame de ti” una publicación dirigida a niñas y niños de educación infantil y primeros cursos de Primaria que conviven cada día en las aulas y que comparten tanto su amistad como sus juegos, experiencias, tradiciones.

3) En cuanto al profesorado:

Unos de sus objetivos será fomentar el desarrollo de actitudes participativas en su entorno sociocultural y natural.

El equipo docente en su conjunto y especialmente el de ciclo, ha de implicarse tanto en el análisis de la situación como en la toma de decisiones para atender al alumnado inmigrante con las medidas más adecuadas a cada caso.

Todo el equipo ha de tener en cuenta una serie de medidas que se deben poner en práctica para lograr un clima relajado y acogedor en la clase que favorezca el proceso de adaptación a la nueva realidad social del recién llegado/a:

• Acogida cálida, afectuosa y continuada, pero no abrumadora, evitando el exceso de información y de agentes.

• Presentación de todos y cada uno de los profesores y profesoras con los que este alumnado tiene relación.

• Presentación del espacio físico del centro y los servicios básicos

• Explicación clara de las pautas y normas de convivencia del centro que han de ser respetadas desde el principio.

• Visión global del alumnado, horarios y actividades que se proponen.

4) En cuanto a la evaluación:

Para evaluar nuestro plan de acogida realizaremos una evaluación continua, progresiva y acumulativa. Es decir que en todo momento estaremos indagando, observando, si los objetivos propuestos se están cumpliendo, para de esta manera realizar los ajustes y cambios necesarios.

La evaluación continua del alumnado inmigrante no debe ser diferente a la del resto, pero teniendo en cuenta sus peculiaridades específicas se deberían valorar también otros factores como:

• La participación en situaciones significativas relacionadas con la actividad escolar: actitud de escucha, aportación de opiniones, esfuerzo por hablar correctamente,…

• La implicación en el trabajo de grupo, adquisición progresiva de hábitos, responsabilidad, autonomía progresiva,…

• La asistencia continuada, la realización de los trabajos para casa,…

• La adquisición de contenidos básicos trabajados; en especial procedimientos y actitudes, ampliación de vocabulario, producción oral y escrita en relación a la experiencia realizada.

La evaluación debe partir del nivel inicial de los alumnos y alumnas y debe hacer referencia al progreso individual sin compararlo con el resto de la clase.

Sin embargo, estos planes no deben quedar solo plasmados en papel, o realizarse eventualmente, debe trabajarse a lo largo del curso escolar. Si damos continuidad a nuestros proyectos estamos contribuyendo para que su cumplimiento sea eficaz y no se transforme en una actividad “exigida” y “burocrática”.