Hace unos días llegó a mis manos información sobre un proyecto del que me gustaría hablaros. Se trata de Paidós, Projecte d’Atenció Integral i Integrada de la Pobresa Infantil, un proyecto que se lleva a cabo en la provincia de Barcelona desde el 2012 destinado a erradicar la pobreza infantil.
Se trata de un trabajo conjunto con las familias, los agentes sociales y la comunidad impulsado por Cáritas Diocesana de Barcelona, con la colaboración de entidades como Suara Cooperativa, Fundació Pere Tarrés, Fundació Champagnat (Mariestes), Deloitte, La Caixa, Blaquerna y los ayuntamientos de Barcelona, L’Hospitalet de Llobregat y Sant Adrià del Besòs.
El proyecto va dirigido a familias con hijos menores 6 años, en riesgo de exclusión social, víctimas de la situación económica actual, intentando evitar que la pobreza en la que viven perdure generación tras generación.
Paidós se desarrolla en cuatro proyectos concretos: Paidós Barceloneta, Paidós Sant Adrià, Paidós Hospitalet y Paidós Roquetas, situados en locales facilitados por los ayuntamientos firmantes del convenio y cada uno tiene capacidad para atender a unas 15 familias de forma simultánea.
Las familias llegan derivadas de Servicios Sociales, EAIA (Equips d’Atenció a la Infància i l’Adolescència) y de las Trabajadoras Sociales de Cáritas y cuentan con el apoyo de psicólogos, trabajadores sociales, técnicos, educadores y voluntarios.
En el centro, en la comunidad o en el propio domicilio, se les ofrece ayuda en asuntos esenciales como la búsqueda de trabajo, tener o mantener una vivienda digna y mejorar la atención que se les da a los hijos. No se trata de un trabajo asistencial del que dependan las familias, sino de una educación orientada a fortalecer los vínculos positivos, otorgando confianza a los padres y madres para proporcionarles seguridad y autonomía. Los profesionales se centran en potenciar las capacidades de las propias familias para que sean ellas mismas las que consigan oportunidades de un futuro mejor. Pretende además establecer una metodología de trabajo que inspire a las distintas instituciones públicas como herramienta que contribuya a disminuir la pobreza infantil en Cataluña.
Se les ofrece un acompañamiento educativo que las empodere, adaptado a su vida cotidiana, proporcionándoles nuevos modelos de crianza, de feminidad y masculinidad, de espacios de juego y de maneras de relacionarse.
Dicho acompañamiento se realiza desde tres ámbitos: el psicoterapéutico (orientado a trabajar la autoestima, las relaciones de pareja y familiares, la emociones…), el socioeducativo (alimentación, higiene, escolarización, salud, cuidado y atención…) y el comunicativo (vinculación a instituciones y entidades, el uso adecuado de los servicios, la participación ciudadana…).
Al centro llegan cada día las familias y los niños al salir de la escuela y allí encuentran un espacio pensado como un hogar donde realizar sus tareas cotidianas, jugar, descansar, lavar la ropa, comer…
Sin duda de trata de un proyecto muy elogiable en el ámbito de la intervención social e imprescindible en un momento en que alrededor de 2 millones de familias españolas tienen a todos sus miembros en el paro (el 13% de las cuales viven en Cataluña). Esta situación de pobreza sitúa a España en la cabeza de países europeos con mayor abandono escolar, un 23% en 2014.
Erradicar la pobreza es sin duda fundamental para que nos desarrollemos como país, una obligación moral de la que todos y todas deberíamos ser partícipes.