Hay un libro de cabecera que siempre tengo a mano en clase, se titula “Soy un dragón” editado por la editorial Edelvives es para mi una herramienta fundamental cuando trabajo las emociones con los más pequeños del cole, porque cuando tienes tres años y tu lengua aún es de trapo a veces es complicado saber expresar lo que sientes, sobre todo cuando te enfadas.
Es lo que le pasa al protagonista del cuento, en ocasiones se convierte en un dragón, en un auténtico dragón que expulsa fuego por la boca, y es que todos, unos más que otros, tenemos un límite y cuando lo sobrepasamos, o nos obligan a sobrepasarlo … explotamos. Quien más quien menos en algún momento se ha enfadado, ha dejado que la ira lo domine y luego … se ha arrepentido de lo dijo o de lo que hizo.
En la escuela a través de este precioso cuento afrontamos esta emoción, tan humana como irracional que es la ira, con el objetivo de que los niños se han capaces de anticipar esa emoción; puede surgir por el comportamiento de un compañero que nos agrede, por perder un juguete o porque estamos cansados y no sabemos aún gestionar nuestros tiempos en la escuela, en cualquier caso, no podemos dejarnos llevar por esta emoción que nace desde dentro y todo lo arrasa.
Además de tomar como referencia los cuentos que siempre son magnificos mediadores, utilizamos mucho la relajación, la respiración como medio para parar antes de que la tormenta se desencadene, no es fácil con tres años deterner un manotazo o un grito, hay que esperar a que el niño o la niña se serene para reiniciar el proceso, respiramos, hablamos, nos abrazamos, comentamos lo que nos ha pasado y seguimos; así poco a poco vamos identificando cuando nos pasa y la causa de que nazca esa emoción de manera tan incontrolable.
Con el paso de los cursos aumenta el pensamiento reflexivo, somos más conscientes de estas emociones negativas y vamos anticipando, me encanta este cortometraje de unos niños un poco más mayores que explican perfectamente lo que sienten.
Es una pena que el diálogo y la resolución de conflictos emocionales decaiga en muchas ocasiones en Primaria, cuando más posibilidades tienen de expresarse menos tiempo les damos para ello, me parece muy interesante a este respecto la campaña de Literatura SM de promover el diario personal como un medio de expresión de éstas u otras emociones, quizás sea más difícil decir de viva voz lo que te pasa pero ponerlo por escrito de manera sistemática, organizada y poder revisarlo de vez en cuando les ayuda a crecer y ser más conscientes de su propio yo.
Quizás podríamos recuperar el tiempo de la asamlea en Primaria, no tan extensa como en Infantil … bueno, pero hagamos un encuentro semanal para hacer un pequeño foro, un mini parlamento en el aula donde cada uno pueda expresar cómo se siente; qué le inquieta; qué conflicto interno le atenaza y cuales pueden ser las causas del mismo.
Seremos capaces de dedicar un tiempo a que respiren … ¿puede ser al comenzar el día o después del recreo? ¿En clase de Música o Educación Física? ¿Antes de irse a casa?, podrán, quizás tener la oportunidad de sincerarse, abrirse a los demás de decir a los demás cómo se sienten, al tiempo que podrán recibir el cariño y apoyo de sus compañeros ¿lo intentamos también en Primaria?
Feliz semana y no os olvidéis de respirar que queda mucho trimestre por delante, suerte 😉
Enhorabuena por el artículo…me apunto el título del cuento “Soy un dragón” para el aula. Gracias.