En muchas ocasiones las diferentes teorías pedagógicas acaban dando lugar a interesantes estructuras de trabajo, que nos permiten usar dinámicas para mejorar el proceso de aprendizaje en nuestras aulas.
El caso del scaffolding es particularmente interesante, puesto que se fundamenta en los estudios realizados por Vigotsky a principios del siglo pasado, pero se extiende a dinámicas muy relacionadas con el mundo digital en el que vivimos.
Base teórica.
Uno de los más conocidos aspectos de las teorías de Vigotsky es la “zona de desarrollo próximo”. Esta frase hace referencia a aquellas acciones que todavía no pueden ser llevadas a cabo por el estudiante, pero que podrían ser realizadas con la ayuda de otros. En este punto es necesario un “andamiaje”. Por este término entenderemos aquellas cuestiones que introduce el experto para que el aprendiz pueda desarrollar su propio aprendizaje. El “andamiaje”, como veremos, puede ser muy diverso, pero siempre tendrá el objetivo de ayudar al aprendiz. Se irá retirando progresivamente en la medida en que el estudiante se vuelva más eficiente en la labor que realiza.
Continuando la estela de Vigotsky, Jerome Bruner, comienza a usar el término scaffolding para describir la adquisición oral del lenguaje en los niños. Posteriormente, define este término como un soporte temporal que el experto facilita al aprendiz para que pueda llevar a cabo su aprendizaje.
En el scaffolding es muy importante la relación entre el experto y el aprendiz. La interacción entre ellos debe ser totalmente colaborativa, estar en la zona de desarrollo próximo y adecuarse al ritmo de aprendizaje del estudiante. De esta forma el “andamiaje” aparecerá de forma pautada y desaparecerá cuando no sea necesario.
Tipos de scaffolding.
Saye y Brush distinguen dos tipos fundamentales de scaffolding. Se diferencian por la naturaleza de las actividades que se realizan en el aula y también por el grado de profundidad en los objetivos que persiguen.
El soft scaffolding (o andamiaje suave) es bastante flexible. El profesor puede desarrollar un apoyo para sus estudiantes, incentivando su capacidad para resolver problemas o retos. Ese apoyo pueden ser, simplemente, las preguntas adecuadas para fomentar la correcta línea de trabajo. Estas intervenciones deben hacerse teniendo en cuenta la diversidad de la clase, ya que al estar menos pautado que el “hard scaffolding”, es más complicado de llevar a cabo con ratios elevadas.
El hard scaffolding está plenamente pautado por el profesor. El docente tendrá que preparar el “andamiaje”, marcando itinerarios, pistas y pautas. Exige una importante planificación, preparando una estructura de aprendizaje para el aula, donde los estudiantes deben seguir el recorrido marcado para ir resolviendo por ellos mismos, con la ayuda del “andamiaje” preparado, el reto que se ha propuesto.
Dodge, a su vez, propone otros tres tipos de scaffolding:
–Scaffolding de recepción, que se utiliza para asegurar que los estudiantes extraen la información adecuada y conectan correctamente con los recursos que van a ser utilizados.
–Scaffolding de transformación. Aquí se facilitan las herramientas necesarias para comenzar la creación de algo nuevo a partir de la gestión del conocimiento. Es el primer momento en que el estudiante observa que ya no tiene que repetir una serie de patrones, sino que debe empezar a plantear la posibilidad de crear algo nuevo a partir de las herramientas facilitadas. En este momento debe valorar diferentes opciones, contrastar informaciones y resultados, valorar y decidir el camino a seguir.
–Saffolding de producción. Durante este espacio de tiempo se apoya directamente al estudiante o grupo de estudiantes para que puedan llevar a cabo su creación. Es importante, en este momento, que el docente elabore estructuras claras para que los estudiantes puedan llevar a cabo su producción de la forma más significativa posible para su aprendizaje.
Hilton y Tomas hablan del “Reciprocal scaffolding”. En él se involucra a un grupo de dos o más personas, que aprenden del conocimiento y las habilidades de los otros. De esta forma los roles de experto y aprendiz van variando según el trabajo que se lleva a cabo, así como el “andamiaje” que los estudiantes van construyendo. Aquí los estudiantes confrontan ideas y opiniones, construyendo un aprendizaje profundo a través de una interacción pautada.
Technical scaffolding.
Yelland y Masteres apuntan que las nuevas fórmulas de aprendizaje que permite el material digital hace que el papel de los expertos en el scaffolding se vea sustituido en algunos momentos por webs interactivas, material multimedia, cuestionarios, etc. Este tipo de cuestiones son particularmente importantes puesto que el andamiaje que debe preparar el docente en cursos online es bastante más complejo, ya que debe plantear toda una serie de senderos digitales capaces de adaptarse adecuadamente a la realidad de sus diferentes estudiantes. Este aspecto se vuelve particularmente importante en los MOOCs, donde al cantidad de estudiantes puede ser muy elevada. En estos cursos sería posible establecer dinámicas de scaffolding, pero sólo si los responsables del mismo son capaces de adaptar adecuadamente los conocimientos y la habilidades que tratan de adquirirse a la zona de desarrollo próximo del estudiante, estableciendo varias posibilidades para su adquisición.
Lai y Law señalan como el software educativo puede ayudar a los estudiantes a clarificar la estructura y establecer un adecuado plan de aprendizaje. Esto, evidentemente, dependerá de la organización del material online que se prepare; pero es fundamental, bajo mi punto de vista, que se tome consciencia de adecuar la metodología a este nuevo escenario. En la mayor parte de las ocasiones se considera que establecer un sistema de repeticiones con una dinámica online provoca un avance del estudiante, pero esto no es valorable si no se le da la opción de continuar aprendiendo cuando el anterior contenido ha sido asentado. Por esta razón, es muy importante que los cursos que planteen estrategias de scaffolding hagan desaparecer el andamiaje en el momento adecuado, además de plantear una buena estructura de avance.
Aprendizaje como reto constante.
Como cualquier dinámica que le da un gran protagonismo al alumnado, el hecho de utilizar estrategias de scaffolding hace que los estudiantes perciban el proceso de enseñanza-aprendizaje como un reto. Si queremos aumentar la motivación, es necesario que se vean capaces de obtener resultados por ellos mismos. En lugar de transmitirles información, resulta más interesante darles las herramientas para que obtengan, con la ayuda de los docentes, las habilidades y el contenido que necesitan.
En el próximo artículo, comentaré dinámicas y recursos para desarrollar este tipo de propuestas.