“En las tertulias, mientras compartimos palabras aprendemos sobre la vida y sobre literatura” (Ramón Flecha)
La tertulia dialógica es una actividad basada en la idea de aprender juntos, de aprender de los demás y con los demás. Está demostrado por la Comunidad Científica Internacional que el aprendizaje en interacción con otras personas crea un buen clima afectivo y desarrolla la empatía.En esta actividad no se valora el nivel de lectura, ni los conocimientos sobre literatura o sobre el lenguaje. Todos y todas pueden leer y disfrutar, incluso aquellos alumnos que tienen dificultades significativas respecto al nivel de lectura normalizado o presentan necesidades educativas especiales. Es un espacio de libertad de expresión.
Leer no es suficiente. Hablar sobre lo que se ha leído permite llegar a un conocimiento de nuestro comportamiento en la vida social por medio del reflejo que proyecta la literatura en nuestras vidas. Permite construir idea de comunidad y crea lazos afectivos porque se intercambian palabras, sentimientos y experiencias. De esta manera, la lectura se convierte en algo más que una relación entre el escritor y el lector.
El aprendizaje de la lectura desde un enfoque dialógico se entiende como un proceso de dar significados a las palabras y textos escritos que se produce a través del diálogo. Este proceso, esta construcción intersubjetiva de significados, no es algo que sucede solo en el aula, sino que se está produciendo continuamente en todos los espacios en los que las niñas y los niños mantienen interacciones relacionadas con la lengua escrita..
Las tertulias dialógicas se basan en el aprendizaje dialógico teorizado por el pedagogo y educador Paulo Freire y en la teoría comunicativa del sociólogo Jürgen Habermas. Según la concepción dialógica del aprendizaje, para aprender las personas necesitamos de situaciones de interacción y que estas sean diversas, pero además el diálogo que se establezca tiene que estar basado en una relación de igualdad y no de poder, lo que significa que todos y todas tenemos conocimiento que aportar, reconociendo así, la inteligencia cultural en todas las personas. En las tertulias el profesor participa al mismo nivel de igualdad que sus alumnos aportando sus opiniones, vivencias, ideas y sentimientos sobre lo leído. De esta forma se produce un diálogo igualitario que mejora el clima del aula y la calidad de las interacciones alumno-profesor.
El objetivo de estas tertulias es que cada participante exponga su interpretación sobre el libro elegido. Y expresa al resto de participantes aquello que le ha suscitado, explicando por qué le ha llamado la atención, relacionándolo con diálogos previos en tertulias anteriores, exponiendo su reflexión crítica al respecto, etc. A través del diálogo y las aportaciones de cada participante se genera un intercambio enriquecedor que permite profundizar en aquello sobre lo que versa la tertulia, promoviendo a su vez la construcción de nuevos conocimientos.
Pero una condición imprescindible es la lectura de clásicos de la literatura universal. Los clásicos universales aportan conocimiento, mejora del vocabulario, mayor comprensión de la situación histórica, mejor calidad de la literatura, constituyéndose referentes culturales de primer orden para comprender y reflexionar sobre el mundo. Hoy más que nunca, en nuestras sociedades globalizadas, la lectura de los clásicos universales de las diferentes partes del mundo se constituye un aprendizaje básico para entender y comprender nuestras sociedades. Clásicos como “Platero y yo”, “La Odisea”, “·El Lazarillo de Tormes”, “El Corsario Negro” o “La Ilíada” son leídos con gusto por los alumnos.
El proceso a seguir en la tertulia es el siguiente:
Una vez seleccionado el libro a leer, se deciden cuántas páginas o capítulos del libro van a leer durante esa semana y lo leen en casa (también se les puede permitir que lo lean el día anterior en el aula). Durante la lectura cada participante escoge un pasaje del texto que le llame la atención, ya sea porque se siente identificado con él, porque le ha hecho recordar alguna experiencia vivida, etc., es decir, que en el desarrollo de la tertulia no solo leemos, sino que se quiere también fomentar la reflexión y el diálogo a partir de las diferentes y posibles interpretaciones que se derivan de un mismo texto.
El profesor asume el rol de moderador con la idea de favorecer una participación igualitaria entre todo el alumnado pero también participa al mismo nivel que sus alumnos con su fragmento o capítulo seleccionado.
Cada participante lee en voz alta el fragmento elegido y comenta por qué le ha llamado la atención. Una vez que el resto ha escuchado, levantan la mano si tienen algo que aportar en base a la intervención realizada. De forma muy rápida, el profesor dirige los turnos de palabra para dar cabida a muchas opiniones.
Y así, uno a uno todos los alumnos, e profesor e incluso voluntarios, si participan, opinan, escuchan al otro, se interesan por los demás y aprenden a conocer el mundo y a conocerse mejor entre ellos.
Al final la actividad, deciden por votación cuántas páginas o capítulos tienen que leer para la siguiente tertulia.
Con la experiencia hemos visto que en esta forma de tratar la literatura se encuentra la riqueza de la tertulia. Se hace esencial dialogar en torno al tema que se ha leído para poder llegar a un conocimiento de nuestro comportamiento en la vida social, mediante el reflejo que proyecta la literatura en nuestras vidas.
Durante este curso en mi centro estamos implementando las tertulias dialógicas en todos los cursos de la E. Primaria como una nueva actividad de lectura en grupo. Está siendo una experiencia muy positiva tanto para alumnos como profesores y además sencilla, que nos está permitiendo que:
Todos los alumnos, independientemente de su nivel o dificultades, puedan participar y sean aceptados.
Se valore la diversidad cultural como un valor a añadir y no un problema. Todas las culturas, géneros, etnias e ideologías tienen espacio dentro del aula.
Tengan cabida en el aula todos los pensamientos, creencias, opiniones y argumentos porque todas valen lo mismo.
Se creen lazos afectivos porque se intercambian palabras, sentimientos y experiencias.
El aula se convierta en un espacio de diálogo y respeto hacia todas las opiniones.
Todos los alumnos puedan expresar sus sentimientos más íntimos y personales desde el respeto por parte del grupo.
Mejore el vínculo emocional entre alumnos y profesor.
Se dé cabida a la entrada de voluntarios en el aula (padres, estudiantes universitarios, etc) enriqueciendo así las interacciones entre personas muy distintas, que pueden convertirse en referentes importantes para nuestros alumnos.
Los resultados que se obtienen en las personas que participan en ellas son contundentes; la Tertulia Literaria Dialógica a través de su metodología consigue que personas que antes no leían acaben leyendo y disfrutando de los clásicos de la literatura universal. A este resultado se añade todo el proceso de transformación que viven los participantes y, en consecuencia, de su entorno social y familiar más próximo, personas que han aprendido a leer a través de la tertulia literaria actualmente están implicadas en entidades culturales trabajando a favor de una educación y una cultura a las que puedan acceder todas las personas.
La importancia de las Tertulias Literarias Dialógicas como actividad que fomenta la lectura y así conseguir superar las desigualdades sociales está siendo reconocida por intelectuales de todo el mundo. Profesores de universidades de prestigio como la Harvard University, la University of Massachusetts, el Victorian Center of the Adult Literacy and Numeracy Australian Centre of the Consortium (ALNARC) y el Centre Especial de Reserca en Teories i Pràctiques Superadores de Desigualtats (CREA) de la Universitat de Barcelona han expresado un interés especial por esta actividad, considerándola un ejemplo práctico de las teorías sociales i educativas más reconocidas en la actualidad.