El 62% de las personas con menores a su cargo no utiliza ningún tipo de herramienta de control parental en móviles y otros dispositivos conectados de los niños, niñas y jóvenes bajo su responsabilidad, según la encuesta sobre hábitos de uso y seguridad de internet de menores y jóvenes de España del Ministerio del Interior.
Parece un porcentaje excesivo, en un momento en el que se conocen muy bien cuáles son los riesgos asociados al uso de las tecnologías.
Explicaba, con su sentido del humor característico, el periodista y divulgador de temas de educación, Carles Capdevila, algunas preguntas y respuestas habituales entre padres y madres e hijos e hijas:
– ¿De dónde vienes?
-De por ahí.
– ¿Y con quién has estado?
-Con estos.
– ¿Qué habéis hecho?
-Nada.
Sin lugar a dudas, las herramientas de control no son válidas por sí solas, es necesario que, en paralelo a su uso, se eduque en el uso útil, seguro e inteligente de la red.
Es fundamental que, igual que antes de lanzarse a recorrer la ciudad deben conocer las normas de tráfico y los lugares donde hay potenciales peligros, se les hable de los riesgos que tiene el uso de los dispositivos conectados.
Lo más efectivo es afrontarlo con mucha y buena información. Es importante explicar a quienes se inician en la navegación por internet la razón por la que hay que hacer unas cosas y otras no, la razón por las que algunos contenidos no están creados para personas de su edad, y, por lo tanto, no deben acceder a ellos.
Del mismo modo que no se nos ocurriría ofrecer La Metamorfosis de Kafka o Las memorias de Adriano de Yourcenar a niños y niñas de ocho años, a pesar de ser cumbres de la literatura universal. Del mismo modo, en otro orden de cosas, que no se permite el consumo de alcohol, la compra de tabaco, la entrada a locales de apuestas.
Del mismo modo, en internet hay otros muchos lugares, contenidos y ofertas que, sin ningún género de dudas, no son convenientes para todas las edades.
En caso de optar por usar una herramienta de control parental, es verdaderamente importante explicarles que la tienen instalada y que eso les da seguridad.
Entonces ¿Por qué se decide no poner filtros, límites, sugerencias de uso, o algún tipo de control, en la vida conectada de los niños y las niñas?
Las fórmulas más extendidas que se utilizan para regular y estructurar las conductas infantiles y juveniles tienen que ver con dos estrategias diferentes: la primera: comunicación, la segunda: monitorización.
La comunicación:
Comunicar las reglas, pactar normas de uso, explicar y dirigir los comportamientos a partir del conocimiento y la información. Esta estrategia se basa en la creencia de que se puede regular educativamente la conducta de un niño o una niña sin aplicar coerción.
La monitorización:
El exceso de ésta es la versión en lo digital de lo que hemos venido a llamar padres y madres helicóptero; personas que quieren estar presentes en todo, sobreprotectoras, y que ejercen un control desproporcionado sobre sus hijos e hijas. Pero no hablamos del exceso, una monitorización equilibrada también es una buena opción.
En esta segunda estrategia, tampoco se utiliza la coerción necesariamente, sino que basa el éxito en el control de cada paso.
Para ambas estrategias, o para una estrategia múltiple o intermedia, las herramientas de control parental pueden ser de gran ayuda, porque…
El control de sus pasos en la red no es algo muy distinto a esto
¿De qué queremos proteger? ¿Cuáles son los riesgos?
Las estrategias de control de niños, niñas y adolescentes, pretenden, en mayor o menor medida, alejarles de la delincuencia, del abuso de drogas, de la precocidad sexual, de la agresividad, del acoso y de la violencia.
Porque internet, además de ser una puerta a muchas cosas extraordinariamente buenas, tiene algunas características que, según para qué edades y según para qué personas (de cualquier edad), pueden entrañar riesgos:
- Es fácil acceder a información de todo tipo, de forma libre y gratuita
- Es fácil llegar a páginas y servicios de dudosa calidad educativa, ética y moral.
- Para llegar a algunos servicios no es necesario identificarse, lo que aumenta la sensación de libertad y autonomía completa.
- Es fácil intercambiar archivos, imágenes, textos, conversaciones, información, con millones de personas desconocidas.
- Es fácil establecer relaciones con personas que falsean su identidad.
Herramientas de control parental; un buen recurso, una buena ayuda.
No hablamos aquí del control del tiempo de pantalla, algo que no hay que dejar de lado, (ni siquiera el autocontrol de ese tiempo), pero hablamos de lo que se hace y lo que se ve durante ese tiempo de pantalla, independientemente de la cantidad de tiempo del que se trate.
Limitar los contenidos
Y combinar esa limitación técnica con una educación en la responsabilidad es algo que debería hacerse mucho más de lo que se hace.
Hay plataformas que ya ofrecen ese control parental, y aplicaciones que ofrecen recursos muy interesantes de ayuda para la seguridad en internet.
Lo interesante de esto es que sean las niñas, lo niños y adolescentes quienes entiendan que esas limitaciones no les perjudican, sino que les favorecen.
Por eso, en caso de optar por usar una herramienta de control parental, es verdaderamente importante explicarles que la tienen instalada y que eso les da seguridad.
