Se han completado tres décadas desde que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) se incorporaron aplicadamente a las fórmulas de la educación.
Ya no podemos entender el uso de las tecnologías en el sistema educativo como algo “nuevo”, por un lado, porque eso llevaría a pensar que siempre estamos empezando, lo que no es cierto, y por otro, porque nos aleja de confirmar que el verdadero cambio no es la mera incorporación de las tecnologías, sino la evolución que estas pueden traer: un cambio metodológico en los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Nuestra sociedad, en términos generales, está sumergida bajo el impacto de la tecnología en prácticamente todos los ámbitos de la vida, nuevos modelos de comportamiento, nuevas maneras de interactuar, de conocer y de aprender, es decir, una nueva forma de vivir y de ser; éste es el contexto. Un contexto en el que la educación no puede quedar al margen.
Se han abierto muchas opciones metodológicas, y muchas herramientas que conducen a los y las docentes a afrontar la necesidad de adquirir competencias digitales para ser protagonistas de esa evolución que la realidad educativa está imponiendo.
Una educación flexible, autónoma y competencial, y que incorpore los cambios que facilitan las tecnologías.
Gamificación, aula invertida, realidad virtual, videoblogs, realidad aumentada, programación o robótica educativa; son grandes opciones para dirigir el cambio, todas son susceptibles de ser incorporadas como recursos de aprendizaje.
Los objetivos de la educación se han ampliado, ahora también se incorpora el de ofrecer al alumnado las herramientas que facilitarán su adaptación a la sociedad en la que tienen que vivir.
Una educación flexible, autónoma y competencial, y que incorpore los cambios que facilitan las tecnologías. Si en el camino del aprendizaje el alumnado se encuentra con presencia docente será más fácil su camino hacia la curiosidad. La llave que abre todas las puertas.
El mundo al que los menores se enfrentan hoy es también diferente al de hace treinta años, el mundo que está a su alcance es más amplio, igualmente desconocido y, en no pocas ocasiones, esconde peligros que tienen que conocer para poder evitarlos
Es importante animarse en este proceso de adaptación a esta educación, donde las Tecnologías de la Información y la Comunicación son un inestimable recurso. No se trata de acudir a uno de los verbos más machaconamente utilizados en los últimos tiempos y “reinventarse”, no, se trata de no dejar de formarse en competencias, para poder enseñar el uso crítico de las tecnologías a estudiantes de todos los niveles educativos, y aportarles ese equilibrio necesario entre la enseñanza tradicional y las necesidades de futuro.
Por todo esto, en Educación Conectada nos preguntamos ¿por qué no afrontar de lleno esta nueva educación digital?
Cada curso escolar supone un nuevo reto, gracias a las tecnologías podemos abri la puerta a modelos educativos que sitúan a cada alumno, a cada alumna, en el centro del aprendizaje.
Para quien quiera reforzar sus estrategias de enseñanza, realizar una gestión segura de la identidad digital, desarrollar la colaboración docente y la relación entre alumnado y familias a través de canales digitales o aprender a usar herramientas para crear artefactos digitales, ofrecemos “Docentes digitales: educando nuevas competencias en el aula”, una formación online modular para adquirir y compartir ideas y conocimientos.
Las TIC pueden ser grandes aliadas en el proceso educativo, y con ayuda de docentes que sepan acompañar en ese proceso, los y las estudiantes se incorporarán haciendo de ellas un uso crítico, la base de cualquier educación que merezca la pena.