Ana Marina Fernández, Aránzazu Macho y Daniel Gómez tienen mucho que aportar. Docentes con la máxima implicación que representan a los tres centros educativos que han conseguido los tres primeros puestos en la clasificación del reto que BBVA y Fad lanzaron en el marco del concurso “Repensando la participación en los espacios educativos” de Educación Conectada.
Representantes, además, de miles de profesionales de la enseñanza que demuestran cada día que la educación bien entendida tiene un componente muy considerable de imaginación y de emociones.
Recordamos que el reto que lanzó Educación Conectada, en este contexto de pandemia, era una pregunta sencilla de entender y no tanto de responder ¿Cómo se pueden potenciar las relaciones entre el alumnado en el recreo o en el aula de forma segura?
Hoy podemos conocer tres ideas ganadoras y a tres personas apasionadas contándolas, un verdadero soplo de aire limpio, tres proyectos que han sido sacados adelante con total brillantez.
Tenemos que llevarles al movimiento, ya bastante han estado en casa, encerrados con todos esos sentimientos y esas emociones excesivas, dice Aránzazu Macho para explicar la génesis de “El bosque de los sentidos”, una idea genial desarrollada en el Colegio Salesianos Deusto de Bilbao.
Esta idea, que ha conseguido el tercer puesto del concurso, ha permitido habilitar los espacios exteriores del centro como aulas de Infantil, donde los alumnos y las alumnas tienen la oportunidad de aprender en la naturaleza a través del juego y disminuyen considerablemente las posibilidades de contagio.
La naturaleza ocupa el centro de dos de los proyectos ganadores, la relación entre los niños, las niñas y el ecosistema en el que quieren vivir.
La especial pasión con la que Ana Marina Fernández nos habla de “El mundo que queremos: Reto Cinturón Verde”, que ha sacado adelante junto con el resto del equipo docente del CEIP Valle-Inclán de Vigo, nos hace entender cómo ha sido posible que un pequeño centro haya creado un vivero de 1.000 árboles, cuidado por los diferentes grupos burbuja para reforestar los montes del entorno de Vigo y de este modo tan asombroso mostrar su respeto hacia el medio ambiente.
Ana Marina nos traslada a la fábula del colibrí que intentaba apagar un incendio gota a gota, haciéndolo “lo mejor que yo puedo”, y desde la enseñanza de ese cuento tradicional, nos cuenta como consiguieron que las niñas y los niños del centro decidieran ser colibríes. Y tanto hicieron lo mejor que pudieron que han sacado adelante el reto de los 100 árboles.
No te das cuenta de todo lo que mueven los niños, –nos dice Ana Marina– la emoción, la sensibilidad, la motivación, las ganas… y contagia a todo el mundo.
“El mundo que queremos: Reto Cinturón Verde” ha ocupado la segunda posición, y el proyecto ganador de este certamen nos invita a pensar más allá de la acción planteada, que por sí sola es extraordinaria. Nos hace reflexionar sobre cómo entendemos los patios de los centros escolares estructuralmente, y, cómo sus usos van aparejados a esa estructura.
Los arquitectos educativos diseñaban patios con el campo de fútbol en el centro, el de baloncesto detrás y era un poco la dinámica –Dice Daniel Gómez, del CEIP El Arcipreste de Hita, de El Espinar, en Segovia– se trata de añadir a eso zonas de arbolado, zonas de sentidos, zonas de manipulación natural.
Daniel nos cuenta la iniciativa ganadora, el proyecto “Activa tu recreo”, que realizaron varios centros simultáneamente, porque “Activa tu Recreo” propone la creación de una red de centros –han llegado a participar quince centros de la provincia– en la que cada uno plantea distintos desafíos individuales a los alumnos y las alumnas para realizar en el patio y, después, comparten estos desafíos con el resto de centros escolares a través de vídeos.
Por suerte hoy día las redes sociales y los elementos de comunicación son muy fáciles de manejar y montábamos los vídeos de manera muy sencilla –valora David– y antes de salir al recreo se proyectaban y los niños sentían esa conexión con otros centros que era la motivación que les faltaba.
Todos los proyectos evaluados en este concurso han sabido hacer de la debilidad virtud, han dado la vuelta a la situación y han demostrado que, con imaginación, sensibilidad y mucho conocimiento, la educación es el mejor recurso para transformar la mirada y salir con el espíritu reforzado frente a cualquier contrariedad.