La incorporación de las tecnologías a la asignatura de Educación Física y a la práctica de Actividad Física y Deporte en la etapa de crecimiento va ganando metros y puede ayudar a mejorar algunos de los datos que más preocupan en los círculos de la docencia y la formación.
Si nos basamos en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para la población infantil y adolescente, (desde los 5 hasta los 18 años), lo ideal para conformar un cuerpo saludable, mejorar la salud física, mental y, con ello, el desempeño académico, es que realicen un promedio de una hora diaria de media de actividad física moderada o vigorosa, atendiendo a la fase de desarrollo y las capacidades de cada persona.
El profesorado de Educación Física advierte que en los últimos años están detectando que los chicos y chicas utilizan menos su tiempo libre para realizar actividades que impliquen mover el cuerpo, y que, por eso, necesitan procurar que las sesiones escolares de Educación Física sean en su totalidad de movimiento.
Según el interesante informe Actividades físicas y deportivas para las adolescentes: Necesidad, barreras y recomendaciones presentado recientemente en el Consejo Superior de Deportes, sólo el 23% de las chicas de Secundaria alcanza el nivel de actividad física recomendado por la OMS, y en cuanto a los chicos, lo hacen el 49%.
Como nos comenta profesorado de esta asignatura, hay un buen número de adolescentes que de actividad física no hacen nada más que la que realizan en los horarios escolares. Y eso resulta insuficiente.
Las sesiones de Educación Física semanales, con suerte, son tres de 50 minutos. Y en ellas, por el número de alumnos y alumnas por clase, se pierde, necesariamente, tiempo de movimiento, con la organización de filas, las explicaciones de los diferentes ejercicios…
Y aquí es donde la tecnología puede ser de gran ayuda.
Con la ayuda de tecnología se pueden preparar trabajo de circuitos, con una Tablet con la explicación en cada estación, con indicaciones en los móviles del alumnado… Por otro lado, grabándose pueden ser modelos para el resto y además pueden trabajar las correcciones sobre sí mismos.
La tecnología, además, ayuda a la hora de evaluar, las aplicaciones de toma de datos son un gran recurso. Algunos y algunas ya hemos dejado el papel y el bolígrafo y almacenamos toda la información en aplicaciones de apoyo.
Otra de las cosas que se desprenden del amplio estudio del Grupo de Investigación Psicosocial en el Deporte del INEF de Madrid es que las adolescentes principalmente quieren divertirse con amigas haciendo deporte, y que la competición solo es motivante para una minoría.
¿Y qué es lo que sí les gusta hacer?
Competir les motiva más a ellos (43%) que a ellas (18%). El 61% de los chicos y 36% de las chicas en Secundaria en España realiza semanalmente una práctica físico-deportiva vinculada al deporte de competición.
Lo que más hacen las chicas como práctica principal es, en primer lugar, el baile, un 15% de ellas y, en segundo lugar, pasear, un 9,1% de ellas.
En lo referente a los chicos, como cabía imaginar, la amplia mayoría tiene en el fútbol su interés. el 48,2% juega al fútbol. La distancia sobre la segunda actividad favorita, el baloncesto, sigue siendo tan amplia como en las últimas cinco décadas, ahora son el 10,7% los que tienen predilección por el deporte de la canasta a la hora de moverse. Y en un número similar, les siguen quienes prefieren el ejercicio en salas fitness o gimnasios.
Y en las primeras actividades preferidas por las adolescentes están dos que pueden encontrar en las tecnologías un apoyo importante. Lo que más hacen las chicas como práctica principal es, en primer lugar, el baile, un 15% de ellas y, en segundo lugar, pasear, un 9,1% de ellas.
Éstas son dos actividades que están al margen del sistema deportivo, del ámbito de las federaciones. Sin embargo, pueden ser utilizadas por el profesorado de Educación Física como recurso para alcanzar el tiempo buscado de Actividad Física. Y ahí pueden aliarse con aplicaciones, juegos conectados y retos virales (a nivel grupal).
Otro profesor nos recuerda que en la pandemia la tecnología fue un recurso extraordinario. Fueron capaces de llevar las tablas de ejercicios a las habitaciones y salones de las casas de su alumnado. Y una vez pasada aquella necesidad, él considera que aún es un buen recurso. Él propone algunas actividades fuera del horario lectivo apoyándose en vídeos y en aplicaciones de toma de datos. Y también utiliza el Kahoot para incentivar el conocimiento sobre el cuerpo, el deporte y los hábitos de salud.
7 de cada 10 chicas de Secundaria presentan necesidades no atendidas de actividad física y deportiva. Es decir, que no hacen, pero les gustaría hacer alguna o, que ya hacen y querrían hacer otras diferentes.
Hay dos causas a tener en cuenta para dar respuesta a esta situación no deseable. Por un lado, los espacios de práctica físico-deportiva están ocupados mayoritariamente por los chicos. Aún no se ha generado el impulso suficiente para cambiar está realidad. Y, por otro lado, influye un aspecto meramente cultural: no se consideran suficientemente “serias” las preferencias de las chicas a la hora de activarse.
Y aquí también pueden jugar a favor las tecnologías. Porque, según aporta una profesora de secundaria, se podrían trabajar estas carencias de manera transversal, haciendo cómplices a otras asignaturas. Un trabajo transversal en el que tanto las asignaturas de música o tecnológías ayudasen en el objetivo. Incluso incorporar la literatura o las ciencias naturales a los minutos de movimiento. Con actividades que les encantan a los chicos y las chicas, como la orientación, una actividad aplicable a cualquier asignatura que, con el apoyo de aplicaciones puede resultar realmente muy divertida y útil.
7 de cada 10 chicas de Secundaria presentan necesidades no atendidas de actividad física y deportiva
Hay otro ámbito en el que la tecnología puede ser de gran ayuda, sabiendo que el 20,6% de las chicas no hace ninguna actividad física y deportiva al margen de la asignatura de educación física y que un 40% de ellas pasea para evitar el sedentarismo.
Ese paseo puede ser parte de esa actividad de moderada a vigorosa, y la tecnología -mediante la utilización de innumerables aplicaciones que se pueden llevar en los teléfonos y relojes-, puede ser cómplice perfecta para medir y estimular esos paseos. El profesorado de Educación Física puede, con ello, monitorizar los avances de su alumnado e incorporar hábitos de actividad saludables.
No olvidemos que en el camino de la felicidad la actividad física -con el objetivo de mejorar la salud física y mental-, es una gran aliada.
Y que a 8 de cada 10 adolescentes les gustaría hacer una actividad dirigida por profesionales, es decir, con entrenador o entrenadora o con profesorado. Creemos, desde Educación Conectada, que este último dato resulta definitivo y que parece imprescindible que obtenga una respuesta de la sociedad.