María Lázaro, especialista en social media y transformación digital, se incorporó al ciclo de EduCONEC sobre cultura y transformación digital para enfocar desde un punto de vista positivo la irrupción de las redes sociales en la realidad de la adolescencia y la niñez.
Lázaro fue presentada por María Renovales, Secretaria General y Comunicación de Fad, que, para abrir este quinto taller de EduCONEC, centró su intervención en la faceta de María Lázaro como divulgadora y comunicadora, con su blog hablandoencorto.com y su libro más reciente: Redes sociales y menores. Guía práctica (ed. Anaya Multimedia).
La directora de desarrollo corporativo del think talk Real Instituto Elcano, empezó su charla titulada “Redes sociales como aliadas en el aula y en la familia”, apuntando que la situación ideal para afrontar el aprendizaje aprovechando las redes sociales se produce cuando familia y docentes trabajan en común en estas redes.
Si queremos conocer esos lugares, deberíamos abrirnos un perfil en estas redes para entender el entorno emocional, visual y de relación en el que se desenvuelve el alumnado.
Es importante tener en mente que tienen que aprender a desenvolverse en el entorno online, sin falsos prejuicios, esto es bueno, y ayudarles a hacerlo sin dejar otros entornos, esto es algo perfectamente compatible.
Advirtió Lázaro que al hablar de redes sociales solemos centrarnos en los riesgos, en el ciberbullying, el grooming, o el sexting, pero se nos olvida que también hay muchas oportunidades extraordinarias: a través de las redes e internet pueden informarse, compartir, aprender. Por eso tenemos que enseñarles que las redes sociales son una gran herramienta para aprender, relacionarse e informarse.
“Si queremos conocer esos lugares, deberíamos abrirnos un perfil en estas redes para entender el entorno emocional, visual y de relación en el que se desenvuelve el alumnado”
María Lázaro dio una rápida respuesta a una de las preguntas más recurrentes ¿Cuándo es un buen momento para empezar a utilizar las redes? Según ella, no hay tanto un momento tasado y definido para empezar, como unas pautas a seguir. Por ejemplo, en los dos primeros años de vida, los niños y niñas no se deberían conectar a las pantallas porque necesitan interactuar con la realidad circundante. Y hasta los cinco años, lo ideal es limitar la exposición a las pantallas a media hora al día aproximadamente y siempre acompañados de una persona adulta.
Lo importante es valorar cómo hacemos ese acompañamiento. Utilizar internet para usos que les despierten interés y no dejarles con el dispositivo a solas, algo que es una tendencia muy extendida.
En opinión de María Lázaro, si en la familia es bueno que se incorporen a las redes paulatinamente y con criterio, en el trabajo en el aula también hay que utilizarlas, porque no podemos dejar de utilizar el que es uno de sus entornos, si queremos que los contenidos tengan vinculación con lo que a ellos les preocupa, una forma de hacerlo es integrando las redes sociales en ello. Incluyendo también en todo momento un punto de vista crítico.
Es importante transmitirles que lo que hacen influye de forma positiva en su vida y la de otras personas. De ese modo les ayudamos también a crear una personalidad que sea la misma en sus mundos virtual y real. Resulta fundamental hacerles entender que no pueden ser personas diferentes según el entorno en el que se estén moviendo.
Otro elemento a tener en cuenta es que hay que incluir las redes en el aula de forma transversal, aun valorando la existencia de una asignatura de tecnología, sería una visión muy estrecha alejar la tecnología del resto de las cosas que aprendemos. Porque todo lo impregna todo.
Buenas prácticas
En este punto de la ponencia, Lázaro se ha centrado en ofrecer algunos ejemplos de buenas prácticas en el uso de las redes sociales en centros escolares:
Prácticas como la de utilizar los títulos de los vídeos de YouTube para explicar lengua, porque además de aprender análisis morfológico, sirve también para darse cuenta de lo persuasivos que son esos títulos, de cómo buscan el click, con lo cual desarrollamos el pensamiento crítico del alumnado.
También valoró un proyecto de rastreadores de faltas de ortografía en Twitter, en el que se añade la corrección respetuosa, de ese modo se aprende ortografía y normas de educación en el entorno online.
Un tercer ejemplo es el del colegio Humanitas de Tres Cantos (Madrid), con una cuenta en Twitter que reflexiona sobre el intento de golpe del 23F y lo trae a la forma de comunicarse de este momento.
Expuso otras ideas, como la creación de una cuenta en Facebook de una mujer del siglo XVIII, la de incluir el aprendizaje de matemáticas dentro de un centro en una plataforma de vídeos grabados y editados por alumnos, la creación de un diccionario de términos que se incorporan cada día a la manera de hablar de los adolescentes.
Añadió algún ejemplo más, no dejó de sugerir educar sobre el Whatsapp y de señalar la necesidad de reflexionar sobre su uso, y también apuntó que hay profesores que utilizan muy bien las redes sociales, con algunos ejemplos.
Todo se puede redifundir y viralizar sin límite, todo. Cualquier contenido compartido puede acabar en una pancarta gigante en una gran plaza de una gran ciudad.
En el último tramo de su intervención, María Lázaro se centró en dar algunas claves a tener en cuenta a la hora de incorporar a niños, niñas y adolescentes a las redes sociales:
1.- Insistir en que entiendan cómo funcionan las redes, que buscan que estén en ellas cuanto más tiempo mejor para poder mostrar publicidad. Y ¿cómo hacer que sean conscientes del tiempo que pasan? mirándolo en el teléfono cada tanto tiempo.
2.- Todo se puede redifundir y viralizar sin límite. Todo. Cualquier contenido compartido puede acabar en una pancarta gigante en una gran plaza de una gran ciudad.
3.- Solo con abrir un perfil revelan una parte de su identidad, tienen que ser conscientes de la huella digital que van dejando. Algo que se escribió a los 13 años puede ser valorado cuando busquen trabajo a los 20.
4.- las fotos no se suben al perfil, se suben al servidor.
5.- la cantidad de información falsa que circula por redes e internet es extraordinaria. La posibilidad de descontextualización de imágenes, hechos y frases es tremenda. Tienen que aprender a cuestionar y verificar.
Y 6.- Estar conectado no es estar aislado; están comunicándose o jugando o escuchando música… pero eso no significa que tengan competencias digitales. El concepto nativo digital es un concepto erróneo. Algo que está también contrastado es que las personas adultas acompañan poco y hablan poco con ellos y ellas de lo que ven y buscan. Y esto es trascendental, porque sin ninguna duda, el mejor filtro es la comunicación en familia.
Lázaro utilizó los últimos minutos de su charla para recordar que hay referentes muy interesantes en las redes y también hay retos realmente útiles y atractivos de arte, música, ciencia.
Hay muchas fuentes muy interesantes en las redes que pueden ser una ayuda extraordinaria.