Vas por la calle o vas al insti, la gente te mira y opina de ti sin conocerte. En otras palabras, te juzga sin conocerte.
Estás en corro con colegas, se está pasando “el mini con un porro”. Cuando llega a ti, tú pasas, no quieres. Se lo pasas al siguiente y notas, de nuevo, las miradas fijas en ti. ¿Y tú qué?
Miras tu Instagram, tus fotos. Tus publicaciones no tienen nada que ver con el postureo que suben el resto.
¿Por qué hacemos muchas veces cualquier cosa, incluso lo que no queremos, para intentar encajar? ¿Por qué cuesta tanto a veces romper esa presión para ser y hacer lo que el resto, aunque eso suponga no “ser tú”?
Sentirse la “rara o raro” es algo mucho más frecuente de lo que pensamos, sobre todo entre la gente más joven que se atreve a ser quien quiere. ¡Pero a veces no es fácil!
Enrique Ramil, “un rarito”, exconsursante de los programas Operación Triunfo y recientemente Factor X, es de esas personas que no lo ha tenido fácil, por ser diferente y querer ser diferente. Se define a sí mismo como “un luchador contra la cultura del borreguismo que tanto daño está haciendo a las y los jóvenes en España”.
Él lo tiene claro: intentó ser “un no borrego”. Ramil comenta en las entrevistas lo mal que lo pasó por eso, pero también que con el paso del tiempo comprendió que “nadie te hace daño a propósito, sino que a veces unos insultan a otros por encajar en un grupo, o por dar salida a su propia rabia interior. ….¿Por qué le voy a dar a alguien el poder de ponerme de mala leche? Lo que te llaman cuando te insultan “por salirte de la norma”, no te define a ti, les define a ellos”.
Y muchas veces pasa eso, que lo que la sociedad define como “normalidad” es en realidad, un escondite lleno de gente muy rara. Porque… ¿qué es ser normal?
Para contestar a eso nos quedamos con la respuesta de Tim Burton que acaba de estrenar la peli de Disney de Dumbo: “Siempre he tenido problemas con la palabra “normalidad”, desde pequeño. No entiendo qué significa”. “Yo soy un poco Dumbo, un tipo raro, la imagen de quienes no encajan. El bicho raro, un inadaptado… Cuando hice Batman, fue la primera vez que se trataba la figura del superhéroe como alguien en los márgenes de una sociedad que quiere que todo el mundo sea igual. En la que todos quieren encajar”.
Pues bien, mola este mensaje que nos da ese pequeño elefantito volador: “El inadaptado usa esa cosa diferente por la que lo juzgan para algo positivo“, y en el caso de “Dumbo” son sus orejas gigantes”.
También es el mensaje de la última peli que cierra la saga de X-Men y que está ahora mismo “petándolo” en los cines. X-Men, en realidad, justo va de gente “rarita”, mutantes, personas que por ser diferentes son discriminadas, ¡pero las definen como eX-traordinarias!
Pero por desgracia sabemos que esto no sucede y que se sigue definiendo negativamente como anormal, friky, rarit@ a quien se atreve a salirse de “esa norma”. Sobre todo en esta época de redes sociales y “exceso de postureo” en la que la necesidad de encajar, de aprobación constante, puede derivar en un problema “patológico”: “Tanto intentar aparentar ser lo que no somos, desgasta, frustra, genera tensión, produce estados emocionales negativos, pudiendo llegar incluso a la depresión”, nos dicen las personas expertas.
No hace ni una semana la ONG Aldeas Infantiles publicaba el estudio sobre juventud española “Párate a pensar” y la encuesta dibujaba un perfil de adolescentes en el que llamaba la atención el siguiente dato:
“Uno de cada tres jóvenes españoles siente que “no encaja” en este mundo y siente inseguridad respecto a su capacidad para hacerlo”
¿Y si lo importante no es intentar encajar sino ser como nos sintamos y hacer lo que nos dé la gana sin presiones?
Cada persona tenemos nuestros gustos, estilos, formas de ser ¡cada un@ con sus “cadaunadas”! A lo mejor no somos rar@s, simplemente somos diferentes al resto…
Y si no, recuerda, la vida es como el tetris, cuando encajas con la multitud desapareces. No tengas miedo a ser la pieza diferente si crees que tienes que serlo, atrévete y busca dentro de ti lo que te hace feliz…¡Atrévete a ser tú!
¿Y TÚ QUÉ … encajas o no encajas?