Oh, dios mío ¡estoy volando!…exclama esta tortuga positiva que se ha dado la vuelta; y es que, según el lema que la acompaña: El optimismo es lo mejor, una forma de ver la vida.
Julio es un mes muy majo que invita al optimismo, al buen humor ¿no crees? ¡Las vacaciones, la piscina, los días largos, los viajes, las terracitas, la playa… ¡Sea cuál sea el plan, estamos en verano y es el momento de cargar las pilas para el resto del año , de aprovechar este mes y agosto para recuperar la energía vital que durante el curso se nos va agotando con tantas cosas y tanta rutina.
Y el optimismo es uno de esos sentimientos que te llenan de energía a tope, que sientan muy bien.
Y aunque esta afirmación parece algo así como muy de “verdad de Perogrullo” en los últimos años se han acumulado muchísimos estudios para investigar a fondo esto. Y queda demostradísimo: Ser una persona optimista y con un estado de ánimo positivo está estrechamente relacionado con ESTAR y VIVIR MEJOR.
En la universidad de Harvard asocian el optimismo directamente a vivir más, ya que quién es una persona positiva tiene un menor riesgo de morir de un montón de cosas (por cáncer, enfermedad cardíaca, accidente cerebro-vascular, enfermedades respiratorias, infecciones…) y al revés, según una actual investigación de psiquiatras en Finlandia, ser pesimista constituye un fuerte factor de riesgo de muerte para varias enfermedades, sobre todo cardiopatías. ¡Y no es que el optimismo cure enfermedades así tal cuál! Pero por lo visto si proporciona al cuerpo más recursos bioquímicos para luchar contra ellas mucho mejor.
Y además de todo esto de vivir mejor y la salud, ser optimista da muy buen rollo ¡mola rodearte de gente positiva! Y además hace que nos enfrentemos mejor al futuro.
Justo este mes de julio, desde la Fad, hemos sacado un estudio a través del Barómetro 2017 del ProyectoScopio realizado por nuestro Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud que revela que las y los jóvenes españoles son optimistas pese a todo lo que “está cayendo”: casi el 50% cree que su situación mejorará en un año. A pesar de que casi la mitad de la juventud española (46,7%) cree que tendrá que recortar el gasto en hobbies, ocio y tiempo libre o que afirma, un 61%, que tendrá que seguir dependiendo económicamente de su familia bastante tiempo, a pesar de todo, hay una mitad optimista que cree que este año será mejor.
Y esa es la actitud, tanto personal como de la sociedad. También este mes de julio se publica un estudio que afirma que en España tendemos al catastrofismo al pensar en la “juventud española” viendo siempre lo más negativo de una juventud a la que creemos poco preparada, obsesionada con su imagen, egoísta, desencantada, enganchada a las drogas… Y en realidad los datos demuestran que las y los adolescentes y jóvenes de ahora son más prudentes que las generaciones anteriores, tienen menos embarazos precoces, sufren menos fracaso escolar que hace 10 año, se drogan menos, vuelven antes a casa cuando salen de marcha, también leen más que las personas adultas, hacen deporte con más frecuencia o se asocian más con fines benéficos.
En fin, que tenemos razones para ser optimistas. Pero no el llamado optimismo idiota, mágico, irreal u obligado… el optimismo que mola, el llamado optimismo inteligente, razonable o estratégico.
Y le llaman estratégico porque esto del pensamiento positivo no se puede limitar solo a “pensar que todo va a salir bien”, se trata mucho más de estrategia, de “comportarse positivamente”, de saber que “creer es crear”. Y si creemos que vamos a conseguir algo ya tenemos parte del camino avanzado.
Se trata de unir optimismo, perseverancia y claridad en lo que queremos alcanzar ¡y si no lo logramos, volver a ser optimistas, aprender de ese fracaso y seguir hacia delante!
Porque al final lo importante no es tanto si ves el vaso medio lleno o medio vacío. ¡Aunque mejor verlo medio lleno siempre!, sino que lo verdaderamente importante es si el vaso lo estás llenando o lo estás vaciando. Así que no lo pienses más, manos a la obra, piensa en positivo y ¡Optimízate y llénate de energía este verano!
¿Y TÚ QUÉ… eres o no eres optimista?